Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 585
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 585:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Después de que Frederick se enterara, los rumores se extendieron entre su grupo. Naturalmente, su capitán también se había enterado. Dados los recientes acontecimientos, estaba al tanto de todo.
—¿En serio? —Los ojos de Josiah se iluminaron con un destello de esperanza.
Freya asintió. «Sí».
Esa sola palabra pareció quitarle un peso de encima a Josiah, que por fin se concentró en la partida.
Aunque no le quedaban muchas piezas, aguantó varias docenas de jugadas antes de que Freya se alzara con la victoria.
«Juguemos otra partida», dijo Josiah con renovado entusiasmo.
Freya sonrió y aceptó sin dudarlo.
En el pasado, jugar con Josiah le exigía toda su atención. Pero la última partida había sido fácil, dado lo distraído que estaba él.
Afortunadamente, en la segunda ronda, ambos se concentraron y pasó más de una hora antes de que Josiah se alzara con la victoria.
Jugar al ajedrez con los mayores nunca se trataba de ganar. Ya fuera con Lionel o con Josiah, Freya siempre buscaba una partida interesante, a veces incluso dejándoles ganar.
Cuando terminó la partida, Josiah miró el reloj. Eran casi las once.
Frunció ligeramente el ceño, preguntándose qué habría sido de Ellis. Era casi mediodía y aún no había aparecido. ¿Esos viejos chochos lo habrían metido en otra partida de ajedrez?
La idea hizo que Josiah quisiera ir a hablar con sus amigos.
Hoy era un día demasiado importante para que estuvieran tan despistados.
—Josiah, ¿tienes otros planes para hoy? —preguntó Freya, al verlo mirar repetidamente la hora y preocupada por estar retrasándolo.
—En absoluto. Estoy bastante libre —respondió Josiah, ocultando sus pensamientos. Añadió, con semiveracidad—: Se suponía que hoy iba a venir alguien a visitarme, pero se está haciendo tarde. Quizá no vengan.
—¿Quieres que llame para preguntar? —se ofreció Freya amablemente, sin sospechar nada.
No podía imaginar que Ellis estuviera cerca. Creía que su reunión estaba prevista para el día siguiente.
—No, no hace falta —respondió Josiah, haciendo un gesto con la mano y cambiando hábilmente de tema—. Hablemos de ti. ¿Has venido aquí hoy por algo más? —Se había fijado en la bolsa que llevaba.
Normalmente, cuando Freya iba a visitarlo solo para jugar al ajedrez y hacerle compañía, no llevaba nada. Así que, sin duda, algo le preocupaba.
Freya sabía que Josiah era perspicaz. Aun así, dudó.
Mencionar el motivo de su visita podría aguarle el buen humor.
—Dime lo que te preocupa. No tienes por qué ocultarme nada —dijo Josiah con voz cálida y afectuosa.
Freya vaciló. Si se tratara del padre de Norah, le habría entregado los documentos y habría ido directamente al grano. Pero con Josiah…
Al ver que ella dudaba, Josiah adivinó: —¿Necesitas que te haga un favor?
—Más o menos.
—¿Estás recomendando a alguien para el ejército?
.
.
.