Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 575
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 575:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
El Grupo Briggs había sido construido desde cero gracias a la colaboración de sus padres, y Freya no estaba dispuesta a permitir que nadie lo tocara.
Los ojos de Ethel brillaron con sorpresa. —¿De verdad vamos a hacerlo?
—¿En serio? —repitió Hugh.
Freya asintió con firmeza. —Sí. En serio.
Al ver que hablaba en serio, Hugh le dio su respuesta a Vivien. —Allí estaremos más tarde.
—¡Genial! Mamá y yo os estaremos esperando —respondió Vivien rápidamente.
Una vez que colgó, le dio la noticia a Cheryl.
Cheryl se quedó igual de sorprendida. Su tono se volvió alegre. —¿De verdad Freya ha aceptado?
—Sí —respondió Vivien con sinceridad—. Después de decir que sí, el señor Briggs y…
Ethel también estuvieron de acuerdo.
Cheryl no respondió de inmediato.
Vivien se quedó callada, sabiendo que no debía hablar sin permiso delante de su madre.
—A partir de ahora, tienes que llevarte bien con Freya y Ethel —dijo Cheryl con seriedad—. Pero no exageres.
—Mientras Freya no se oponga, puedo casarme con Hugh.
—Pero… ya la he molestado antes —dijo Vivien nerviosa.
—Todo el mundo comete errores. Solo compórtate correctamente a partir de ahora —le dijo Cheryl con firmeza—. Esta vez, no estropees las cosas.
Vivien se inquietó y se agarró las mangas. —Está bien.
Cheryl la miró, como si tuviera algo más que decir, pero acabó soltando un largo y cansado suspiro.
No se entretuvo y se puso a preparar el almuerzo para cinco, algo que le llevaría un rato.
De vuelta en la mesa del desayuno, Freya seguía bebiendo a sorbos. Ethel, incapaz de contener su curiosidad, preguntó en voz baja: —Mina, ¿no les caían mal antes? ¿Por qué ir ahora?
Hugh también se volvió hacia Freya, claramente preguntándose lo mismo.
—La Sra. Newman es la actual pareja de papá —respondió Freya con sencillez—. Es lo correcto que él esté con ella en su cumpleaños.
La mirada de Ethel se suavizó, con un destello de comprensión en los ojos, mientras Hugh sentía un dolor sordo en el pecho. Ojalá Freya no tuviera que ser siempre la madura.
—No me quedaré mucho —añadió Freya—. Me iré justo después de comer.
Normalmente, no se habría molestado en ir. Pero esta vez tenía intención de hablar con Cheryl.
Sabía que las cosas no podían seguir así. Al final, la gente empezaría a murmurar que Cheryl era la amante de Hugh, y ese tipo de chismes no le harían ningún favor a su reputación.
—Si no quieres ir, no tienes por qué hacerlo. No te obligues», le dijo Hugh después de pensarlo un momento.
«No te obligo a nada», dijo Freya, terminando de beber la leche. Luego miró a Hugh y le avisó: «Voy a hablar con ella sobre tu situación. Tiene que tomar una decisión: quedarse o irse».
Hugh asintió. Confiaba en que Freya no actuaría precipitadamente. —De acuerdo. —Entendía perfectamente lo que quería decir.
.
.
.