Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 574
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Capítulo 574:
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Freya siempre había tenido debilidad por sus amigas, a las que siempre ofrecía cariño y apoyo.
—¿Sí?
—Gracias
—No hay de qué —respondió Freya con una suave sonrisa. Luego añadió—: Cuando te divorcies de Felipe, te ayudaré a encontrar un nuevo lugar y una agencia diferente. Así podrás por fin poner distancia entre tú y la familia Yates.
—De acuerdo. Gracias otra vez —murmuró Farrah.
Freya le dijo unas palabras más de consuelo antes de colgar.
Sabía mejor que nadie que las mujeres embarazadas necesitaban estar rodeadas de amor, y si Felipe no podía dárselo, ella sí que podía.
La vida podía ser rica y plena con la familia, los amigos de verdad y un poco de amor propio. El romance no era el único camino hacia la felicidad.
Una vez terminada la llamada, Freya volvió a disfrutar del sol.
No fue hasta el anochecer cuando finalmente se dirigió al estudio para organizar el montón de información que había recopilado sobre Norah, asegurándose de que estuviera ordenada y fuera fácil de revisar para Josiah.
Cuando terminó, ya eran más de las nueve. Después de desearles buenas noches a Ethel y Hugh, se dio un baño relajante y se fue a la cama.
Sus días solían seguir una rutina bien establecida.
A la mañana siguiente, mientras Freya desayunaba con Hugh y Ethel, sonó el teléfono de Hugh. Era Vivien.
¿El motivo de la llamada? Quería reunirse con Hugh y su familia.
Él puso el teléfono en altavoz y, tras escuchar su petición, instintivamente miró a Freya y a Ethel. —Hoy no, tengo algunas cosas que hacer.
«Pero hoy es el cumpleaños de Morn», dijo Vivien a través del altavoz, con un tono un poco lastimero. «¿De verdad no vas a venir?».
Hugh dudó, atrapado en medio.
Si iba, rompería su promesa de pasar tiempo de calidad con sus hijas.
Pero si no iba… bueno, era el cumpleaños de Cheryl.
—Mamá ha salido temprano a comprar un montón de comida para prepararos algo especial a ti y a las niñas —añadió Vivien, con voz llena de decepción—. Si no vienes, se echará todo a perder.
Justo cuando Hugh estaba a punto de rechazar la invitación, Freya intervino. —Iremos más tarde. Hugh se quedó atónito, al igual que Ethel.
Vivien también se vio sorprendida por la inesperada aceptación de Freya. Era muy consciente de lo mucho que Freya la odiaba y, sin embargo… Freya había dicho que sí.
—¿Mina? —preguntó Hugh, con tono incierto.
—No tenemos mucho que hacer hoy y no tardaremos mucho —explicó Freya con calma. Su actitud había cambiado.
Hubo un tiempo en el que había creído egoístamente que su padre solo les pertenecía a ella, a Ethel y a su madre.
Pero después de descubrir la verdad sobre el pasado de sus padres, su corazón se había ablandado. Había aprendido a dejarlo ir.
Mientras Cheryl y Vivien no fueran tras el Grupo Briggs ni se metieran con su familia, podía vivir con el resto.
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