Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 561
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Capítulo 561:
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Zander se volvió hacia él, con una expresión de tranquila confusión en el rostro.
—Volvió conmigo con falsas promesas —murmuró Kristian con voz ronca—. Si no hubiera sido tan terco, tan obsesionado con aferrarme a mi primer amor, y hubiera decidido valorar a Freya… ¿habrían sido las cosas diferentes?
Imaginó una vida en la que él y Freya construían juntos un hogar tranquilo y reconfortante, un lugar ajeno al caos y la duda.
Ella sería libre de perseguir sus sueños, sin cargas, mientras él asumía el peso de mantener la vida que compartían.
No habría peleas, ni distancia entre ellos, solo el ritmo suave de una familia en perfecta armonía.
—Si estabas tan enamorado de tu primer amor, nunca deberías haberte involucrado con Freya —dijo Zander con tono franco.
Kristian no respondió. No encontraba las palabras para expresar el caos que sentía en su interior. Lo único que sentía era una abrumadora sensación de miseria.
—¿Te arrepientes de haberte divorciado de Freya? —preguntó Zander en voz baja.
—Le hice más daño del que puedo explicar —confesó Kristian, con la voz cargada de remordimiento—. Y hoy… por fin he visto la verdad. Desde el principio, me he equivocado. Me he equivocado por completo.
—Ve a pedirle perdón a Freya, sinceramente —Zander siempre abordaba las cosas con una perspectiva tranquila y lógica—. Intenta enmendar tu error.
Kristian respondió con indiferencia: —No lo aceptará. De todos modos, no le importan mis disculpas.
—Que lo acepte o no es cosa suya. Pero si crees que te equivocaste, deberías pedirle perdón —dijo Zander con delicadeza.
Kristian no dijo nada. Parecía sumido en sus pensamientos.
—¿O se trata de intentar recuperarla? —preguntó Zander.
—No me va a dar esa oportunidad.
La expresión de Zander cambió y su mirada se suavizó con emoción al oír las palabras de Kristian. ¿Qué había pasado entre Kristian y Freya? Tenía curiosidad.
Kristian dejó el vaso sobre la mesa y se recostó en el sofá, con la mirada fija en la tenue luz del techo.
Sus emociones parecían a punto de desbordarse, desesperadas por liberarse.
—Kristian. Zander nunca lo había visto así, tan frágil, como un cristal que podría romperse al menor contacto.
Kristian cerró los ojos, como para ocultar todo lo que sentía. Una vez que controló sus emociones, murmuró con voz ronca: «Estoy bien».
«¿Te arrepientes de haberte divorciado de Freya?», preguntó finalmente Zander, sin apartar los ojos de él, la pregunta que Kristian había evitado antes.
Kristian siguió mirando al techo.
Justo cuando Zander pensaba que no iba a responder, Kristian finalmente dijo: «Sí».
No solo se arrepentía, sino que también deseaba poder volver atrás, seis meses atrás, cuando todo estaba intacto.
Habría ignorado las llamadas de Ashley, se habría quedado al lado de Freya, la habría apreciado, amado y hecho feliz.
«Entonces no olvides este sentimiento», dijo Zander, el tipo de amigo que no endulzaba la verdad, asegurándose de que sus palabras llegaran donde tenían que llegar. «Para que no vuelvas a cometer el mismo error».
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