Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 531
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 531:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Gerard, que tenía la oreja pegada a la puerta, tropezó y casi se cae de bruces.
Justo cuando iba a hablar, Gerard vio que la habitación estaba vacía. No había nadie dentro. Antes de que pudiera expresar su confusión, vio que el rostro de Kristian se ensombrecía y su expresión se volvía más fría que antes.
Sin decir una palabra, Kristian se dio media vuelta y se alejó con paso firme, lanzando una única orden por encima del hombro. —Llama a Melvin. Si le pone un dedo encima a Freya, le enseñaré lo que es la desesperación de verdad.
—¿Melvin? repitió Gerard, aún más confundido.
Kristian no respondió. Ya se dirigía hacia la recepción.
Gerard se quedó paralizado por un momento, completamente perdido, pero si Kristian hablaba tan en serio, algo debía estar pasando.
Tras una breve pausa, sacó su teléfono y llamó a Melvin. Fuera lo que fuera ese lío, había que aclararlo. Seguro que solo se trataba de un malentendido: Melvin no se atrevería a hacerle daño a Freya.
Pero, tras varios tonos, Melvin rechazó la llamada.
Gerard se detuvo en seco, atónito.
Kristian se giró al darse cuenta. —¿Has conseguido hablar con él?
—Sí —respondió Gerard, con un nudo en el estómago—. Pero ha colgado.
La expresión de Kristian se volvió gélida.
Con la preocupación apoderándose de él, ya no le importaba si Freya se enfadaría con él por entrometerse. Siguió caminando mientras marcaba su número.
Al igual que la llamada de Melvin, la de ella terminó abruptamente después de unos cuantos tonos.
Lo intentó de nuevo. Esta vez, su teléfono estaba apagado.
Al ver que la cara de Kristian se enfriaba por segundos, Gerard se apresuró a enviarle un mensaje a Melvin. «¿Por qué colgaste? El Sr. Shaw te está buscando. ¿Dónde estás?».
Melvin respondió: «Estoy ocupado con la Sra. Briggs. Dile a tu jefe que no moleste».
Aún sin estar tranquilo, Gerard volvió a enviar un mensaje: «Contesta el teléfono».
La respuesta de Melvin no se hizo esperar: «Te llamo luego».
Al ver que Melvin parecía tranquilo, Gerard se sintió un poco aliviado y siguió a Kristian hacia la recepción.
El personal del hotel los recibió con una cortesía impecable.
Kristian no perdió tiempo. «Necesito una habitación en la planta 23. Cualquiera vale». A pesar de su evidente agitación, su voz seguía siendo fría y serena.
El recepcionista consultó el sistema antes de responder: «Todas las habitaciones de la planta 23 están ocupadas».
«¿Ni una sola libre?».
«Así es, señor».
La mirada de Kristian se volvió tormentosa.
Aún confundido, Gerard preguntó: «Señor, ¿por qué necesita una habitación?».
«Desbloquee el ascensor para la planta 23. Voy a subir a buscar a mi amigo», dijo Kristian, ignorando la pregunta.
«Lo siento, señor, pero necesita darme el nombre y el número de habitación de su amigo», respondió el recepcionista educadamente.
.
.
.