Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 523
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 523:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Aparte de ser un poco despistado en cuestiones amorosas, Kristian era inteligente y fiable en todos los demás aspectos, o al menos así lo veía Gerard.
Al principio, Freya no le había dado mucha importancia al asunto. Pero las palabras de Gerard habían sido demasiado directas como para ignorarlas.
—Señorita Briggs, ¿sigue ahí? —preguntó Gerard, con voz suave tras un largo silencio.
—¿Está seguro de lo que ha dicho? —preguntó Freya, frunciendo ligeramente el ceño.
—Sí, estoy seguro.
—¿Lo ha causado usted?
Gerard estaba demasiado atónito para articular palabra. Su rostro era un reflejo de la confusión. ¿Qué era exactamente lo que ella pensaba que había causado?
Su silencio le pareció culpable a Freya. Se pellizcó el puente de la nariz y, con un tono confuso por la emoción, murmuró: «Ya veo».
«Gracias, Sra. Briggs». Gerard no le dio más vueltas a la conversación después de su respuesta. «Si necesita hacer algún ajuste en el salario, solo tiene que decírmelo».
«No es necesario». Freya ni siquiera estaba segura de cómo se sentía en ese momento.
Después de colgar, se quedó allí sentada, pensando en cómo abordar el tema con Melvin. Tenía curiosidad, pero nunca imaginó que Melvin pagaría un precio tan alto.
Más que nada, Gerard no le parecía ese tipo de persona. Melvin se había dado cuenta de que, desde que Freya terminó la llamada, apenas había tocado la comida. El tenedor que tenía en la mano estaba intacto y su mente estaba claramente perdida en sus pensamientos.
Recordando la conversación, Melvin colocó en silencio un vaso de agua delante de ella.
—¿Era Gerard quien estaba al teléfono? —preguntó.
—Sí.
—¿Qué ha dicho?
Freya se detuvo a mitad de bocado, sus ojos tranquilos brillaban con una mezcla de emociones. No era de extrañar que Melvin se hubiera mostrado tan reacio a hablar de ello antes. Si ella estuviera en su lugar, tampoco habría querido discutirlo.
—Nada importante —respondió ella con voz mesurada. Sabía que Melvin se avergonzaba con facilidad. Parecía frío y distante, pero en lo que se refería al amor, era sinceramente bastante torpe. —Solo te ha preguntado si volverías al trabajo.
—La Sra. Briggs.
—¿Hmm?
—¿Te parezco ingenua?
—En absoluto —dijo Freya con una sonrisa sincera—. Eres inteligente.
—Entonces, ¿por qué me has mentido? —La voz de Melvin cambió de repente, se volvió grave y se percibía un tono de dolor—. Estuvisteis hablando por teléfono un montón de tiempo; no pudo ser una simple charla.
Lo que más le molestaba era no haber oído lo que había dicho Gerard, pero había visto cómo cambiaba la expresión de Freya.
Freya no sabía qué decir. ¿Cómo iba a responder a eso? Melvin estaba completamente perdido. ¿Qué demonios le había dicho Gerard a Freya? ¿Por qué tenía ella esa expresión después?
—Me dijo que estabas pasando por un mal momento en tu relación —dijo Freya, contando una verdad a medias—. Y me pidió que te aligerara un poco el trabajo.
.
.
.