Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 515
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Capítulo 515:
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Así que Gerard tomó una decisión. «Está bien. Esta noche beberé contigo hasta caer rendidos».
Melvin hizo tintinear su vaso. «De acuerdo».
Después de unas cuantas rondas, Gerard seguía firme.
Llevaba años bebiendo con Kristian, por lo que su tolerancia era altísima. La discoteca vibraba con las luces y la música a todo volumen, ahogando el mundo.
Gerard volvió a levantar su vaso. Al darse cuenta de que Melvin parecía borracho, se inclinó hacia él. «Háblame de ella. Hablar ayuda, ya lo sabes». Había estado esperando este momento. Información real.
No podía creer que Melvin tuviera una chica antes que él. Era injusto.
«No quiero hablar de eso».
Melvin frunció el ceño, fingiendo estar borracho.
Gerard no tenía ni idea de que le estaban tendiendo una trampa. Melvin actuaba a la perfección y, con su habitual tranquilidad, todo parecía real.
«Si no te apetece hablar, no lo hagas». Gerard, siempre optimista e ingenuo, seguía creyendo que con un poco de insistencia podría sonsacarle algún secreto a Melvin. «Sigamos bebiendo.
Gerard se enorgullecía de su impresionante tolerancia al alcohol.
Pero había una verdad fundamental que Gerard había pasado por alto por completo. Las mentes más agudas suelen llevar una máscara de debilidad para atraer a sus presas.
Desde el principio, Melvin había tendido una trampa cuidadosa, lanzando el tema perfecto para despertar la curiosidad de Gerard: todo su plan estaba diseñado para atraerlo.
Y, lamentablemente, Gerard, que solía ser perspicaz y agudo como mano derecha de Kristian, no se dio cuenta de nada.
Mientras observaba a Melvin sumirse cada vez más en la embriaguez, Gerard pensó que tal vez con una copa más, Melvin se derramaría. Una copa más.
Luego otra.
Y otra más…
Bebieron sin parar, una copa tras otra.
Al final, el alcohol también empezó a hacer mella en Gerard. Cuando vio las mejillas enrojecidas de Melvin y sus ojos vidriosos, supo que había llegado el momento.
Pasó un brazo por los hombros de Melvin y se inclinó hacia él, intentando hablar con él de corazón. «A veces es mejor desahogarse que ahogarse en alcohol. Vamos, ¿qué pasó entre vosotros?».
«Ella siente algo por otra persona», murmuró Melvin con voz baja y apagada. Su tono había cambiado sutilmente y seguía aferrado al vaso.
Incluso si Freya hubiera estado allí sentada, nunca habría adivinado que estaba fingiendo.
Su expresión, sus pausas, incluso su lenguaje corporal… cada movimiento estaba ejecutado con tal precisión que parecía totalmente genuino.
Gerard parpadeó, con la mente ligeramente confusa.
Aprovechando la pizca de lucidez que aún le quedaba, insistió: «¿Cuánto tiempo lleváis juntos?».
Melvin dudó y luego negó con la cabeza.
Aunque fingía estar borracho, Melvin no era muy hablador. Pero Gerard malinterpretó por completo su silencio, asumiendo que se debía a un desengaño tan profundo que le había dejado sin palabras.
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