Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 468
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Capítulo 468:
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Esta idea encendió la indignación de Hugh.
«¡Lo he decidido!», afirmó Hugh con una seriedad sin precedentes. «Debo revelar públicamente tu identidad para evitar cualquier malentendido».
«Apoyo totalmente que se dé a conocer tu identidad», intervino Alan, reforzando la postura de Hugh.
Freya siempre había mantenido un perfil bajo y nunca se había presentado oficialmente en la esfera pública.
Incluso durante las reuniones anuales del Grupo Briggs, Ethel siempre había actuado como representante de la familia.
«No será necesario», replicó Freya, que prefería el anonimato. «El acuerdo actual me conviene perfectamente, ya que me permite moverme con libertad sin ser objeto de un escrutinio excesivo».
Una vez que su identidad se hiciera pública, innumerables responsabilidades exigirían su atención.
Sentía una clara aversión por los compromisos sociales sin sentido y los chismes frívolos. Por encima de todo, detestaba convertirse en objeto de debate público.
Si Hugh revelaba su identidad ahora, los medios de comunicación inventarían numerosas historias basadas en suposiciones infundadas, cuestionando por qué Ethel mantenía una presencia pública mientras Freya permanecía oculta o, peor aún, especulando sobre si Freya podría ser una hija ilegítima ocultada durante décadas.
Freya no quería formar parte de esos escenarios.
—Alan, tengo que prepararme para la celebración del cumpleaños de Lionel con mi padre —informó Freya a Alan, indicando claramente que la conversación había terminado.
—Tengo que irme.
—De acuerdo —respondió Alan, con un tono que reflejaba su conflicto interior.
Tras colgar, Freya dejó el teléfono a un lado y siguió comiendo fruta, como si la conversación anterior no hubiera tenido ninguna importancia.
Hugh la observó con un sentimiento de culpa, preguntándose si había fallado a Freya al no proporcionarle el apoyo adecuado a lo largo de los años.
—Mina.
—¿Sí? —Freya lo miró expectante.
Sabiendo que a Hugh no le gustaban las naranjas, no le había preparado ninguna.
Sentado frente a ella en el sofá, Hugh reflexionó sobre su historia antes de preguntar pensativo: —Si pudieras empezar de nuevo, ¿elegirías hacer pública tu identidad desde el principio?
Si Freya hubiera sido reconocida públicamente como la hija de Hugh desde el principio, ella y Kristian quizá nunca habrían tenido motivos para cruzarse en el camino, o al menos las cosas no habrían acabado así. Incluso si Kristian hubiera querido dar un paso, habría tenido que sopesar la alianza entre sus familias y todas las demás complicaciones que ello conllevaba.
Solo pensar en ello provocó una maraña de emociones en el pecho de Hugh.
«No, no lo habría hecho», respondió Freya con voz firme y decidida.
Hugh volvió la mirada hacia ella.
Ella podía leerle el pensamiento y continuó: —Aunque hubiera sabido desde el principio que eras mi hija, eso no habría impedido que Kristian pidiera el divorcio. El resultado habría sido el mismo.
Kristian, al igual que ella, ya lo tenía todo. Aunque hubiera sabido quién era ella en realidad, habría puesto fin al matrimonio en el momento en que tomó la decisión.
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