Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 459
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Capítulo 459:
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Cyril parpadeó sorprendido. —¿Eh?
Ni siquiera se le había ocurrido.
—Pero… Kristian me intimida mucho. No me atrevo a decirle nada.
Aunque su conversación fue muy directa, la interacción entre Kristian y Freya fue muy diferente.
Después de acomodarse en el coche, Freya se volvió hacia él. «¿Qué es exactamente lo que vamos a recuperar?».
Kristian arrancó el motor en silencio y se dirigió hacia la casa de su familia.
Pasaron varios minutos antes de que él rompiera finalmente el silencio. —Lo de ir a buscar algo era solo un pretexto. Noté tu incomodidad allí, así que inventé una excusa para sacarte de esa situación.
—Entonces puedes dejarme aquí —dijo Freya, con voz desprovista de emoción.
Kristian no mostró intención de detenerse y siguió conduciendo directamente hacia la finca Shaw.
Reconociendo su determinación, Freya dejó de insistir y cerró los ojos, permitiéndose un momento de descanso.
Al llegar a su destino, Kristian salió del vehículo.
Justo cuando se disponía a abrirle la puerta, descubrió que Freya ya había salido por su propio pie.
Consciente de su familiaridad con el lugar, Kristian la invitó primero a almorzar y luego le pidió que esperara mientras él entraba a cambiarse de ropa.
Después de todo, una cena formal exigía una vestimenta adecuada, no ropa informal.
Freya no puso ninguna objeción. Simplemente asintió con la cabeza y buscó un lugar cómodo para descansar.
Veinte minutos más tarde, Kristian apareció transformado.
Llevaba un sofisticado traje gris carbón complementado con una impecable camisa blanca, creando un efecto de capas que realzaba su natural distanciamiento y desapego.
A pesar de su divorcio y de su amor cada vez más débil, Freya no podía negar que Kristian encarnaba la estética refinada de GQ.
Su ropa informal siempre parecía elegante y robusta, mientras que el traje le daba un aire más profundo y misterioso.
Era, sin lugar a dudas, increíblemente guapo.
Freya se levantó, a punto de preguntar si se iban, cuando su teléfono vibró insistentemente en su bolsillo.
Lo sacó y vio que era su padre, así que deslizó el dedo para responder. —¿Volverás más tarde? —preguntó Hugh, todavía pensando en cómo dirigirse a la familia Shaw en el próximo evento.
—Sí —confirmó Freya.
Su ropa se había quedado en el hotel.
Aunque la celebración del cumpleaños de Lionel no era tan extravagante como para exigir un atuendo formal, tampoco podía aparecer demasiado informal.
—¿Cuándo piensas volver? ¿Te pido que te llame un taxi? —preguntó Hugh, atento a todos los detalles.
Freya rechazó la oferta. —No será necesario. Volveré al hotel con Kristian y luego iré por mi cuenta.
El hotel donde se alojaban estaba a solo diez minutos a pie del lugar donde se celebraba el cumpleaños de Lionel.
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