Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 405
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Capítulo 405:
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—Señor Shaw —se atrevió a decir Gerard con cautela, con el corazón acelerado—, ¿de qué ha hablado antes con la señorita Briggs? ¿Necesita que refuerce la seguridad? ¿Llamo a los guardaespaldas?
Kristian le hizo un gesto con la mano para que se marchara. —No es necesario.
Gerard no se atrevió a hacer más preguntas. Si Kristian no respondía, no había nada más que decir.
«Vigila la oficina. Me voy».
Los pensamientos de Kristian seguían confusos. Algo no cuadraba en toda aquella situación. ¿Por qué Freya iba a hablar de esas cosas con Ashley? ¿Y por qué había aparecido Ashley en Alerith?
De repente, se detuvo en seco, con los pensamientos en punto muerto. Gerard, dividido entre la curiosidad y el miedo, preguntó vacilante: —¿Hay algo más que quiera que haga, señor?
—Invita a Ashley a mi oficina —ordenó Kristian con voz fría al recordar su anterior encuentro—. Dile que necesito hablar con ella.
Aún no entendía por qué Ashley había secuestrado a Freya. Necesitaba respuestas y no descansaría hasta conseguirlas.
Gerard asintió rápidamente. —Entendido.
Kristian no se entretuvo. Cogió su teléfono y las llaves del coche y se dirigió al ascensor. Pero al llegar a la entrada de su oficina, se topó inesperadamente con Ashley.
Su postura lo decía todo: lo había estado esperando. —Kristian —lo llamó ella.
Kristian se volvió, frunciendo el ceño al verla. No era la misma de antes. Su mirada carecía del anhelo que había visto tantas veces. En cambio, era fría, distante.
—Me gustaría hablar contigo. ¿Estás libre?», preguntó ella.
Kristian no respondió. Simplemente hizo un gesto para que alguien la acompañara arriba.
No había olvidado la llamada de Freya: Ashley lo quería muerto.
Mientras tanto, Freya había llegado a la oficina de Anita International. Después de revisar y firmar todos los documentos que Melvin le había dado, abrió su ordenador portátil y comenzó a buscar.
Pero por más que buscaba, no encontraba ninguna conexión entre Kristian y aquel hombre.
Justo cuando estaba a punto de llamar a Kristian para indagar más, un pensamiento repentino la detuvo. Recordó su conversación con Ashley.
Por seguridad, decidió recordarle a Ashley que no le dijera nada a Kristian.
Por desgracia, cuando llamó a Ashley, la respuesta que recibió distaba mucho de ser tranquilizadora. La voz de Ashley estaba llena de complejidad.
««Él ya lo sabe», respondió Ashley.
Freya se quedó sin palabras.
Antes de que pudiera colgar, se oyó la voz de Kristian, inconfundible y exigente. «Alguien está intentando robar los secretos comerciales del Grupo Shaw y matarme. ¿No se me permite saberlo?».
«Ya lo sabes, ¿verdad?», dijo Freya rápidamente, recuperando la compostura.
Kristian se quedó en silencio, incapaz de encontrar las palabras. Su respuesta lo había dejado momentáneamente atónito.
«Envíame la dirección. Hablaremos más tarde», dijo Kristian finalmente, tras una larga pausa.
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