Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 35
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 35:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Zander exhaló, ignorando la pregunta. En su lugar, miró fijamente a Kristian. —Kristian… estás cometiendo un error.
Un pesado silencio se apoderó del grupo.
Kristian apretó la mandíbula. —Nos estamos volviendo muy atrevidos con los halagos, ¿no? —Su temperamento hervía bajo la superficie, apenas contenido.
Zander se frotó la sien, eligiendo cuidadosamente sus palabras. En aquel entonces, había hablado hipotéticamente. Ahora, sabiendo que Kristian se iba a divorciar de Freya por Ashley, estaba seguro de que Kristian se arrepentiría de su decisión.
—Tengo asuntos que atender. —Kristian se levantó bruscamente, lanzando una mirada de advertencia a Felipe y Zander—. Recordad lo que os he dicho. —Asintieron con rigidez.
Al pasar junto a Freya, la mirada oscura de Kristian se posó en ella y en Trent. —Si vas en serio con ella, prepárate para entregarle tu fortuna. Tiene gustos caros.
Trent no perdió el ritmo. —Puede quedarse hasta el último centavo. Es suyo si lo quiere».
Kristian apretó los puños a los lados.
Incluso Felipe y Zander se pusieron rígidos: las palabras de Trent eran una declaración, no una broma.
«Espero que os lancéis rápidamente a esa relación, ¡debería ser toda una aventura!», espetó Kristian, saliendo furioso antes de que la tensión sofocante lo abrumara.
Trent siguió a Freya y pronto se encontraron en el coche.
Freya le lanzó una mirada de reojo, mostrando claramente su desaprobación. —¿Por qué lo has provocado así?
—Tu padre me ha enviado para ayudarte, me ha ordenado que diga esas cosas —respondió Trent con una leve sonrisa de complicidad y un aire de autoridad natural.
«Aunque admito que la brecha entre ustedes dos es más profunda de lo que esperaba».
«No siempre fue así». Freya se desplomó contra el asiento, con el cansancio invadiendo su voz. «No sé qué le ha pasado hoy».
«Celos», afirmó Trent con sencillez, como si diagnosticara un hecho simple.
Freya frunció los labios con incredulidad. —No seas ridículo —se burló. Sabía que Kristian llevaba años obsesionado con Ashley. La idea de que estuviera celoso de ella era ridícula.
—A veces, los hombres no reconocen sus propios sentimientos hasta que es demasiado tarde —dijo Trent con una mirada divertida—. Solo se dará cuenta de lo que ha perdido cuando ya no estés.
Freya no dijo nada. La forma en que Trent lo dijo, con tanta naturalidad, lo hacía parecer inevitable.
«Si te suplicara que volvieras a casarte con él… te negarías, ¿verdad?», preguntó Trent, mirándola fijamente.
«Sí». La respuesta salió de sus labios sin vacilar. «Aunque estuviera celoso, que no lo está, eso no cambiaría nada. Le di seis meses para que lo reconsiderara. No lo hizo».
—Bien. —Los hombros de Trent se relajaron ligeramente.
—¿Cuándo vas a volver a Alerith? —Freya cambió de tema.
—En cuanto se formalice tu divorcio. —Trent ladeó la cabeza, con una sonrisa pulida y deliberada—. Tu padre insistió. Además, tengo asuntos que resolver en Jeucwell.
Freya asintió. —De acuerdo.
Trent no era solo un titán del derecho, su influencia se extendía profundamente en los círculos empresariales. Desde niño, había sido el niño mimado, el modelo a seguir por los demás. Su padre, Hugh, lo adoraba. Su vínculo era inquebrantable y Freya no tenía intención de interferir, a pesar de su tensa relación con Hugh.
El resto del trayecto transcurrió en silencio. Cuando Trent se detuvo ante las puertas de hierro de la villa, añadió en voz baja: «Llámame si necesitas algo. Siempre te contestaré».
.
.
.