Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 292
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 292:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—¿Por qué le obedeces tan ciegamente? —La voz de Freya denotaba cierta confusión.
—No tengo otra opción —respondió Ashley con una sonrisa amarga que reflejaba la impotencia que sentía—. Él controla cada aspecto de mi vida. Todo lo que hago, todo lo que soy… todo está en sus manos.
Freya parecía desconcertada. ¿Acaso no vivían en un mundo en el que la ley y la justicia tenían la última palabra?
Ashley sacó su teléfono, buscó una foto y se la mostró a Freya.
«Son mi abuela y mi hermano pequeño», dijo.
Después de que Freya echara un vistazo a la foto, Ashley continuó, con un tono de tristeza en la voz. «Están al cuidado de un subordinado de ese hombre. Siempre he hecho lo que me ha dicho y, a cambio, él me ha prometido que cuidará de ellos. Mis padres han fallecido, mi abuela tiene demencia y mi hermano todavía está en el instituto. Hace dos años que no los veo. Ahora solo tenemos contacto por teléfono y videollamadas. Creen que la persona que los cuida es una empleada doméstica que contraté».
Freya frunció el ceño, con la mente a mil por hora.
La voz de Ashley se suavizó al resurgir los recuerdos del pasado. —Cuando estaba con Kristian, mi abuela estaba muy enferma. Yo estaba pasando por un mal momento. Mi carrera no iba a ninguna parte y no tenía dinero. Intenté insinuarle que necesitaba ayuda con mi carrera, pero, ya fuera porque no lo entendía o porque no le importaba, después de meses esperando a que diera un paso, finalmente me fui.
—Podrías haber sido sincera con él —dijo Freya con calma—. Te habría ayudado.
—Era joven —admitió Ashley, con tono arrepentido—. Aún no entendía el mundo. Era demasiado orgullosa para pedir ayuda. Y pensaba… pensaba que él me la ofrecería sin que yo tuviera que pedirla.
Pero cuando rompimos, solo dos días después, ese hombre se me acercó. Me prometió dinero fácil si le ayudaba. Acepté, y ahí fue cuando todo se torció».
«¿Ese hombre tiene una venganza personal contra Kristian?», preguntó Freya, atando cabos.
Ashley parpadeó sorprendida. —¿Cómo… cómo lo sabes?
—Te está utilizando para casarte con Kristian y robar los secretos comerciales del Grupo Shaw, ¿verdad? —dijo Freya con tono cortante. Si el plan hubiera sido hacer daño a Kristian, habría habido métodos más directos.
Ashley se quedó boquiabierta, atónita por la precisión con la que Freya había atado todos los cabos.
—Tú… —comenzó a decir, pero no le salieron las palabras.
—No voy a denunciarlo a la policía —dijo Freya con firmeza, cortando la conversación—. Pero si vuelve a ocurrir algo así, no dudaré en actuar.
—Gracias… —El alivio de Ashley era palpable. Sentía como si le hubieran quitado un gran peso del corazón.
Sabía que era poco probable que hubiera una próxima vez.
Volver con la tarea fallida probablemente significaría pasar el resto de su vida atrapada en ese sótano, para siempre.
—Saca tu teléfono y llama a la policía —dijo Freya, con tono aún mesurado.
—¿No acabas de decir que no lo denunciarías? —preguntó Ashley, confundida.
—No voy a llamar por tu participación —aclaró Freya—. Quiero que la policía arreste a las dos personas que están en el almacén.
—Pero… —Ashley dudó, con incertidumbre en los ojos.
—Si te acusan, yo responderé por ti —dijo Freya, tranquilizándola. Con una respiración profunda, Ashley hizo lo que le indicaron y llamó a la policía con una confianza renovada.
.
.
.