Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 210
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Capítulo 210:
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«¿Qué hay de nuestro acuerdo en el dormitorio?».
Con un ligero fruncimiento de ceño, Kristian respondió.
«¿Qué acuerdo?».
«Juraste que Farrah no se iría esta noche a menos que fuera conmigo», afirmó Felipe, con tono agudo y acusador.
«Cierto».
Felipe estaba visiblemente frustrado. ¿Por qué Kristian no había cumplido su promesa?
Con una mezcla de desconcierto y rabia bullendo en su interior, se acercó a Kristian, incapaz de comprender el repentino cambio en su actitud.
—¿Por qué la dejaste irse con Liam? —exigió, con tono severo.
—¿Y tú qué? ¿No te hiciste a un lado para que Freya pudiera ir con Trent? —respondió Kristian con compostura, con la mirada completamente distante.
Tomado por sorpresa, Felipe se detuvo, su ímpetu apagado por una repentina revelación.
Su ira se disipó, sustituida por una astuta diversión. Una sonrisa burlona se dibujó en sus labios mientras pasaba un brazo por los hombros de Kristian, con voz provocadora.
—¿Qué pasa? ¿Estás celoso?
Kristian permaneció en silencio, con el rostro impenetrable. ¿Celoso? La idea le parecía ridícula.
—Solo me aparté porque te gusta Ashley —continuó Felipe, con tono casual, pero claramente diseñado para provocar a Kristian—.
—Imagina cómo se sentiría ella al saber que Freya estaba en el mismo coche que tú. ¿Es eso lo que quieres? ¿Ponerla celosa? O… ¿es Freya quien te interesa en realidad?
Escrutó atentamente la expresión de Kristian, buscando cualquier señal reveladora.
El ceño de Kristian se frunció ligeramente. La conversación cambió bruscamente cuando recordó la llamada anterior de Gerard sobre la posibilidad de que Ashley estuviera fingiendo estar enferma.
Con renovada concentración, abrió el coche y tiró algo por encima del hombro con deliberada indiferencia.
—Quizá deberías pasar menos tiempo preocupándote por quién me interesa y más tiempo averiguando quién es el padre del bebé.
Con esa última frase, se metió en el coche y se marchó, dejando a Felipe en la acera, frustrado y con preguntas sin respuesta.
Los pensamientos de Kristian se detuvieron brevemente en Freya y en la noticia del próximo octogésimo cumpleaños de su abuelo, que aún no le había contado, pero decidió que era mejor esperar un momento más adecuado.
Freya sabía que se acercaba el cumpleaños de Lionel, pero con todo lo que había pasado, los días habían pasado sin darse cuenta.
Mientras su coche se alejaba de la lujosa villa, Freya dirigió su mirada preocupada hacia Trent, que mantenía la vista fija en la sinuosa carretera. Con un tono de preocupación en la voz, Freya se atrevió a preguntar
—¿Está pasando algo en Alerith?
—No —respondió Trent, con tono tranquilo y sereno.
—Es sobre Farrah.
—¿Farrah? —Su voz se quebró ligeramente y frunció el ceño.
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