Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 202
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 202:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Esta vez, su sueño fue notablemente más tranquilo. Liam cayó al suelo con un golpe sordo, con la confusión reflejada en su rostro a la tenue luz.
¿Qué acababa de pasar? ¿Y por qué demonios estaba tirado en el suelo? Apenas tuvo tiempo de formular estas preguntas en su mente aturdida antes de descartarlas, demasiado somnoliento para preocuparse. Simplemente se dio la vuelta y se acurrucó en la mullida y cálida alfombra, buscando consuelo.
Al amanecer, Farrah fue la primera en abrir los ojos.
Con los primeros síntomas del embarazo dando paso a una fase de patrones de sueño impredecibles, se despertaba con el sol casi todos los días. Después de refrescarse y ponerse la ropa de diario, bajó las escaleras.
Una vez en el salón, estaba ocupada revisando los mensajes de su teléfono cuando una voz fría y disgustada rompió el silencio de la mañana.
—¿Qué haces aquí?
Farrah se detuvo, con el corazón latiendo con fuerza.
Levantó la vista y vio a Felipe de pie en la puerta, con una expresión indescifrable, pero con los ojos penetrantes y llenos de desaprobación.
En ese instante, su rostro reflejó un destello de incertidumbre e instintivamente se levantó del sofá, como preparándose para la confrontación.
—Yo… —comenzó, con voz vacilante. La visión del rostro severo de Felipe le recordó la tarea que él le había asignado anteriormente.
—¿Cómo pude ser tan ciego ante tus trucos? Incluso lograste colarte en una reunión privada. —El malentendido de Felipe desató una tormenta en su interior mientras se acercaba, con una presencia escalofriante.
—¿Qué estás tramando? ¿Es Kristian a quien persigues, o también te estás involucrando con Trent Seymour y Liam?
Farrah se apresuró a aclarar, sacudiendo suavemente la cabeza.
—En realidad, el señor Seymour me pidió que viniera a ocuparme de…
Su ira estalló como una ráfaga repentina, con voz dura y cortante.
—¿Él chasquea los dedos y tú acudes como una sirvienta leal? Dime, ¿has dormido en su habitación toda la noche?
—No —respondió Farrah con brusquedad, desesperada por acabar con las suposiciones que se arremolinaban en su mente.
—Necesitaba mi ayuda con…
—¿Te deshiciste del niño? —interrumpió Felipe sin piedad, con un tono hueco y los ojos clavados en los de ella con una intensidad que pesaba en el aire entre ellos.
Farrah se tensó y, en una reacción instintiva, dio un paso atrás con cautela.
—Parece que no pudiste hacerlo —señaló Felipe, con una voz inquietantemente tranquila pero opresivamente fría.
Retrocediendo otro paso, Farrah lo miró directamente, con voz temblorosa pero firme.
—Este niño es mío. No tienes derecho a obligarme a deshacerme de él.
La réplica de Felipe estaba cargada de desprecio.
«¿Y cuando me traicionaste, pensaste en eso?». Su mirada era penetrante, su voz rebosaba burla.
«No te preocupes, me encargaré yo mismo de ello. Y no creas que amenazar con acabar con tu vida me detendrá esta vez».
Esta vez estaba decidido, su tolerancia se había agotado, estaba decidido a no dejar que ella consiguiera lo que quería.
.
.
.