Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1739
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1739:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Jesse la miró durante un rato antes de preguntar: «¿Y eso no te entristece?».
«He estado demasiado preocupada por él como para sentirme triste», respondió Nina. Su forma de ver las cosas siempre había sido diferente, lo que probablemente explicaba su habitual optimismo.
«¿Te dijo por qué dejó de ponerse en contacto conmigo de repente?».
«No le pregunté», admitió Jesse sin rodeos.
«¿Por qué no?», insistió Nina.
Jesse le lanzó una mirada.
Damian no era su interés amoroso, ¿por qué iba a ser tan minucioso?
Su trabajo consistía en transmitir el mensaje, y nada más.
«¿Podrías preguntárselo por mí alguna vez?», Nina se inclinó un poco, con tono persuasivo, mientras intentaba ablandarlo con una sonrisa. «Averigua por qué me ha dejado de lado y te estaré muy agradecida».
Jesse no respondió. En cambio, se puso de pie y le dirigió una mirada ligeramente despectiva. Claramente, no tenía intención de ayudar.
—¿Lo harás? —insistió Nina.
—Me voy a la cama. Tú también deberías irte —dijo Jesse, despidiéndola sin pensarlo dos veces.
—Ya le dije al tío Kristian que no volvería a casa esta noche —dijo Nina, adentrándose más y deteniéndose ante una de las puertas de los dormitorios.
«Esta es la mía. Tú puedes quedarte con la habitación al otro lado del pasillo».
Jesse no discutió. La dejó hacer lo que quisiera.
Mientras lo veía desaparecer en la otra habitación, Nina sintió una punzada de frustración.
¿Por qué le resultaba tan fácil callarla, mientras que ella nunca lograba tomar la delantera? En toda su vida, nunca había sido capaz de burlarlo. Era muy frustrante.
Continúa con la novela en ɴσνєʟα𝓼𝟜ƒα𝓷.çо𝗺
—Lo averiguaré por ti, con una condición. Le cuentas a mamá y a papá lo que está pasando con Damian. ¿Trato hecho? —propuso Jesse, preocupado de que el misterio pudiera mantenerla despierta por la noche.
Nina aceptó sin dudarlo. «Trato hecho».
«Ve a dormir», dijo Jesse, cerrando la puerta tras de sí.
Nina sonrió. «Buenas noches».
Con la palabra de Jesse, se sintió tranquila.
Sabía de lo que era capaz: cuando decía que se encargaría de algo, siempre lo hacía.
Efectivamente, el viernes por la tarde, Jesse ya había descubierto el motivo. Sinceramente, le sorprendió saber que Damian había dejado de hablar con Nina por algo tan insignificante.
Dentro de la suite del hotel, Nina miró a Jesse con los ojos muy abiertos, esperando claramente una respuesta. —¿No lo has averiguado? ¿Cuál es el motivo?
—Adivina —dijo Jesse, levantando ligeramente la vista.
Nina parpadeó. —¿Por qué te comportas de forma tan misteriosa ahora, precisamente ahora?
—Hay tres razones —respondió Jesse, sin perder tiempo y enumerándolas.
—Cuando vino a Alerith a buscarte, te vio jugando con Jerome y Nick.
Nina se detuvo, tratando de recordar, pero se rindió al cabo de un momento. Habían jugado juntos tantas veces que no podía recordar nada concreto.
.
.
.