Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 17
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 17:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Trent va a ir a verte», dijo finalmente Frederick, con un tono ahora teñido de seriedad.
Freya frunció el ceño, confundida.
—Trent Seymour —añadió Frederick apresuradamente.
—¿Por qué viene? —insistió Freya, con la curiosidad despertada.
—Tu padre lo ha enviado para gestionar tu divorcio con Kristian Shaw —explicó Frederick, con voz vacilante pero teñida de una curiosidad inconfundible—. ¿De verdad te casaste en secreto con ese hombre?
Freya se masajeó las sienes, sintiendo cómo la frustración crecía en su interior como una tormenta.
Frederick, ajeno a su estado de ánimo, siguió hablando sin parar. —¿Freya?
—¿Cuándo llegará? —La voz de Freya tembló ligeramente, revelando su impotencia.
—Alrededor de las once de la noche —respondió Frederick, con tono cauteloso. Aunque moría de curiosidad, no se atrevió a indagar más—. Acaba de salir hacia el aeropuerto.
Freya sopesó sus opciones para frustrar la situación inminente. —Entendido —murmuró finalmente, antes de colgar bruscamente.
Cuando ella y Kristian se habían dado el «sí, quiero», él nunca había indagado en su pasado. En vacaciones, le preguntaba con delicadeza si quería visitar a su familia, pero nunca la presionaba cuando ella se negaba.
Ahora, con la inminente llegada de Trent, temía que eso despertara las sospechas de Kristian sobre su pasado.
Frederick miró fijamente su teléfono, el silencio resonando en sus preguntas sin respuesta. Su mente daba vueltas con preguntas que reclamaban atención. No pudo contenerse por más tiempo. Sus dedos bailaron febrilmente sobre el teclado de su teléfono mientras enviaba un torrente de mensajes. «Freya, nunca me has confirmado si realmente estás casada».
«¿Por qué mencionó tu padre un divorcio?».
«¿Qué ha pasado contigo estos dos últimos años? ¡Necesito respuestas!».
Freya echó un vistazo a la avalancha de mensajes entrantes, frunciendo el ceño pensativa, antes de responder finalmente de forma sucinta: «Sí… las cosas simplemente se rompieron entre nosotros».
Jack se quedó boquiabierto y lo único que pudo hacer fue enviar un mensaje frenético lleno de signos de exclamación, que apenas reflejaba lo que sentía. Freya había sido la mujer a la que había admirado desde que tenía uso de razón, ¡y ahora le había soltado la bomba de que estaba casada!
No era solo un rumor, estaba realmente casada.
Frederick, incrédulo, respondió rápidamente: «¿Estás bromeando?».
Freya descartó su incredulidad e insistió con firmeza: «No digas nada por ahora. Que sea entre tú, Trent y yo; no se lo contemos a los demás todavía».
La respuesta de Frederick se perdió en un profundo silencio.
Miró nervioso a su alrededor, a las caras curiosas que se asomaban por encima de sus hombros, con los ojos pegados a la pantalla. Un sudor frío le corría por la sien mientras luchaba con el dilema.
¿Cómo podía decirle a Freya que el secreto ya se había desvelado, que todos los que se apiñaban alrededor de su ordenador ahora estaban al tanto de su revelación?
Con los mensajes de Frederick finalmente respondidos, Freya marcó el número de Trent, pero la llamada no se conectó.
Con el pitido de la conexión fallida aún resonando en sus oídos, decidió adoptar un enfoque proactivo. Esa noche tenía previsto visitar la casa de la familia de Kristian y no quería encuentros inesperados.
.
.
.