Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1643
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1643:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Si me voy, Damian volverá a quedarse solo», dijo Nina con seriedad. «¿Y si su padre vuelve y le hace daño otra vez?».
«No te preocupes. Me aseguraré de que esté a salvo», prometió Kristian con tranquila seguridad.
Nina se mordió el labio, indecisa. «Pero… »
Jesse y Kristian centraron toda su atención en ella.
Nina respiró hondo y dijo: «Damian es demasiado callado. Si no juego con él, probablemente no hablará en todo el día».
«¿Quieres quedarte en Jeucwell?», preguntó Jesse, leyendo entre líneas.
Los ojos de Nina se iluminaron ligeramente y preguntó con voz esperanzada: «¿Puedo?».
Jesse se acercó, tocó la pantalla de su reloj y abrió el contacto de Freya. «Puedes preguntárselo tú misma a mamá».
Nina puso morritos, visiblemente molesta. Él siempre era así. Ella esperaba ganarse su apoyo antes de hablar con sus padres.
El tono de llamada sonó inmediatamente.
Nina colgó enseguida y le lanzó una mirada fulminante a Jesse.
—Yo también soy solo un niño. No puedo tomar una decisión tan importante sobre tu permanencia en Jeucwell —dijo Jesse con calma—. El Sr. Shaw tampoco puede decidirlo. Tienes que preguntárselo a mamá y papá.
—No estarán de acuerdo —murmuró Nina, ya desanimada.
Sus padres solían ser amables, pero su instinto le decía que esto no era algo que ellos aprobarían.
«Aun así, tienes que preguntártelo», razonó Jesse. «Si quieres quedarte, intentarlo es mejor que no hacer nada».
Kristian miró a Jesse con curiosidad. ¿Cómo podía un niño tan pequeño parecer tan sabio?
No te lo pierdas en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 para seguir disfrutando
En ese momento, el reloj inteligente de Nina vibró.
Freya la llamaba de nuevo tras darse cuenta de la llamada perdida.
Nina miró fijamente la pantalla, nerviosa al ver la palabra «Mamá» parpadear ante sus ojos.
—Tendrás que enfrentarte a ello tarde o temprano —dijo Jesse con naturalidad—. Contesta.
Nina lo miró y, vacilante, pulsó para responder.
La cálida voz de Freya se escuchó de inmediato. —Hola, cariño.
—Mamá… —La voz de Nina era baja y temblorosa.
Freya se enderezó en la silla y la preocupación se apoderó de su expresión. —¿Qué pasa, cariño?
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Nina, sintiéndose culpable mientras se mordía el dedo y desviaba la mirada.
Freya exhaló suavemente, con tono amable. —Por supuesto. ¿Qué pasa?
—Quiero quedarme en Jeucwell e ir al colegio aquí —la voz de Nina se apagó al final, apenas audible. «¿Te parece bien?».
Freya parpadeó, pensando que debía de haber oído mal.
Puso el teléfono en altavoz, lo dejó delante de Ellis y volvió a preguntar: «¿Qué acabas de decir?».
«Aquí hay un chico muy solitario. Es inteligente y amable», comenzó Nina, tratando de argumentar su caso, sin saber que su padre estaba escuchando. «Quiero quedarme aquí e ir al colegio con él».
Freya miró a Ellis y le hizo una sutil señal.
.
.
.