Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1629
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Capítulo 1629:
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«¿Puedo pedirte un favor?», preguntó Nina con los ojos brillantes y sinceros.
Kristian, que siempre era indulgente con ella, asintió. «Claro».
Ella sacó una tarjeta de su bolsillo. «Aquí está el dinero que tenía ahorrado de cuando era pequeña. ¿Puedes usarlo para contratar a una niñera para él? Quiero que alguien lo cuide».
Kristian miró a Jesse instintivamente.
¿No le molestaba la amabilidad de Nina hacia otro chico?
«Si no es suficiente, yo también tengo algo de dinero», añadió Jesse.
Había visto antes la amabilidad de Nina hacia otros chicos y lo había achacado a su gran corazón, sin darse cuenta de que Damian significaba algo más para ella.
« «Yo me encargo», dijo Kristian con cordialidad. «No tenéis que preocuparos. Me aseguraré de que esté bien cuidado».
«¡Gracias!», exclamó Nina con una sonrisa instantánea.
Tras charlar un rato, Nina recordó el comentario anterior de Jesse. «Tío Kristian, ¿sabes cómo se llama el niño?», preguntó con cautela.
«Sí, lo sé», respondió Kristian.
Los ojos de Nina brillaron y le lanzó una sonrisa juguetona a Jesse antes de preguntar: «¿Me lo dirás?».
Jesse carraspeó suavemente.
Nina y Kristian lo miraron.
Jesse apartó a Kristian a un lado. «No se lo digas».
«¿Por qué no?», preguntó Kristian.
«Se lo diré más tarde», respondió Jesse simplemente.
—Jesse lo sabe, pero no se lo dirá —dijo Nina, decidida a saberlo ahora—. Sé que me quieres más que a nadie.
—Se llama Damian Bryant —dijo Kristian sin dudar.
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Jesse se quedó paralizado, con una mezcla de sorpresa y algo más en los ojos mientras miraba a Kristian.
Kristian pareció leer sus pensamientos. —Es mi hija —dijo en voz baja.
—Mi ahijada —señaló Jesse.
—Es como una hija para mí —respondió Kristian, con voz cálida y afectuosa, mientras miraba a Nina.
Jesse captó la mirada firme y tranquilizadora de Kristian.
Finalmente, Jesse cedió con un gesto de asentimiento.
Nina, ajena a la tensa quietud que se había instalado entre ellos, intervino con entusiasmo. —Tío Kristian, ¿podemos salir con Damian mañana? Siempre está solo. Debe de estar muy aburrido».
«Por supuesto», dijo Kristian, siempre dispuesto a estar de acuerdo con ella.
La cara de Nina se iluminó y soltó una risita. «¡Sabía que eras el mejor!».
Su alegría era contagiosa, y Jesse decidió permanecer en silencio, dejando que su felicidad brillara. En el fondo, pensaba que tener un amigo más que la cuidara era una ventaja.
Esa noche, cuando se acercaba la hora de acostarse, Jesse fue a hablar con Nina.
Ella todavía estaba molesta porque Jesse no le había dicho el nombre de Damian de inmediato. Con un puchero juguetón, bromeó: «Eres un hermano muy malo».
«Habla con educación», dijo Jesse, con un tono tranquilo pero sabio para su edad.
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