Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1605
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Capítulo 1605:
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«Lo pensaré».
Antes, cuando Felipe le había pedido a Freya que le ayudara a transferir algunos activos a nombre de Farrah, ella los había rechazado todos. Al final, se los cedieron a Isabella.
«Juro que trataré bien a Farrah durante el resto de mi vida. Si no lo hago, que me maldigan con mala suerte eterna», dijo Felipe, con los ojos tan sinceros como siempre.
Al ver la determinación en su expresión, Freya decidió no perder tiempo. «¿Qué necesitas que haga?».
«Este es el guion que escribí», dijo Felipe, sacando un papel doblado de su bolsillo y entregándoselo con una sonrisa esperanzada. «Solo sigue lo que dice».
Freya echó un vistazo al papel y frunció ligeramente el ceño. Felipe esperó, observando su reacción.
—¿Y bien?
—Acepto —dijo Freya.
—¡Gracias! —Felipe sonrió, sintiendo una oleada de alivio—. Voy a comprar las entradas para el cine.
Freya asintió.
Con su consentimiento en el bolsillo, Felipe se alejó sintiéndose más ligero que el aire. La idea de pedirle matrimonio a Farrah lo llenaba de una dulzura que no había sentido en años.
El viernes por la tarde, Felipe fue a recoger a Farrah. Iban a ver una película de su cineasta favorito.
Freya y Ellis fueron al colegio a recoger a Isabella. Con todos reunidos y todo listo, el grupo se dirigió al lugar que Felipe había preparado de antemano.
A las ocho, el cielo estaba oscuro.
Freya miró su reloj, hizo los cálculos y se fue sola al cine, dejando a los tres niños al cuidado de Ellis.
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Dentro del cine, las luces se encendieron cuando terminó la película. Felipe miró a Farrah, tratando de disimular su nerviosismo con una charla trivial. «Bueno… ¿qué tal la película?».
«Estuvo bien», dijo Farrah, encogiéndose un poco de hombros. «Aunque no tan buena como la última». Hizo una pausa y luego lo miró. «¿A dónde vamos ahora?».
«Donde tú quieras», soltó Felipe.
La respuesta pilló a Farrah desprevenida. «¿Donde yo quiera?».
«Sí». Felipe asintió con la cabeza, hablando lo más relajadamente posible. «Donde te apetezca ir, allí iremos».
Farrah se detuvo en seco y se volvió para mirarlo, entrecerrando ligeramente los ojos con recelo. ¿Lo había malinterpretado todo? Quizá él no tenía intención de proponerle matrimonio después de todo.
«¿Pasa algo?», preguntó Felipe con cautela.
«No», respondió Farrah, aunque se sentía algo decepcionada. Realmente había creído que él había elegido ese momento para hacerle la gran pregunta. Pero ahora, sentía que se había precipitado. «Demos un paseo».
«De acuerdo», aceptó Felipe, aunque por dentro empezaba a entrar en pánico. ¿Por qué no había aparecido aún Freya?
En ese momento, Freya llegó.
Farrah parpadeó sorprendida. —¿Freya?
—¿También has venido a ver una película? —preguntó Freya con naturalidad, siguiendo con la actuación.
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