Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 156
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Capítulo 156:
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Al oír su voz, Kristian se volvió hacia ella, sintiéndose herido por su actitud fría.
Se acercó con pasos mesurados, con la mirada penetrante fija en ella. «Si prometes dejar de perseguir a Ashley, no tendrás que disculparte esta vez».
No podía explicar su repentina indulgencia. Simplemente no podía soportar la idea de que esos ojos puros se llenaran de lágrimas.
Freya lo miró desconcertada, momentáneamente sin palabras. Realmente sospechaba que Kristian podría estar sufriendo algún tipo de enfermedad mental. Sus fluctuaciones emocionales eran impredecibles, cambiaban más rápido que el tiempo en primavera.
«¿Qué te pasa?», preguntó.
—Esto no es una broma —respondió Kristian, manteniendo su tono frío característico a pesar de la inusual agitación emocional que sentía en su corazón—. Durante todo nuestro matrimonio, todo iba bien antes de que Ashley regresara. Nunca imaginé que cambiarías tanto.
—Tú eres el que ha cambiado —replicó Freya con dureza—.
«Freya». La voz de Kristian se hizo más grave, llena de desaprobación. ¿Cómo podía mostrar tanta ingratitud?
«¿No te das cuenta de que, desde que Ashley regresó, has perdido tu sentido común?». Freya admiraba sinceramente su atractivo físico y, por ello, le recordó: «Antes tenías la mente clara y analizabas las situaciones a fondo. Ahora tomas decisiones basándote únicamente en tus emociones».
La mirada de Kristian se intensificó y su expresión se volvió cada vez más fría. Respondió con indiferencia: «Cuando solo están presentes A, B y C, y C muere, ¿no es natural que A sospeche de B?».
«¿Y si D fuera el verdadero asesino?», desafió Freya, reconociendo su insinuación. «B sabe que son inocentes, pero tampoco sospecha de A». Estas palabras directas crearon un punto muerto entre ellos.
Freya continuó con seriedad: «Estos últimos veinte días me han agotado y no tengo ganas de seguir discutiendo sobre Ashley. Lo aceptes o no, yo no cometí esos actos». Evitar los conflictos formaba parte de su naturaleza.
Ser empujada repetidamente a situaciones conflictivas, ser dudada e interrogada agotaría la resistencia de cualquiera.
Al ver su expresión sincera, Kristian quiso confiar en ella.
Sin embargo, recordar sus cambios de comportamiento después de que él mencionara el divorcio le impedía confiar plenamente en ella. Le costaba distinguir entre sus declaraciones sinceras y sus posibles engaños.
A pesar de dos años de matrimonio, él seguía sin saber nada de su relación con Trent, sus conexiones con la familia Briggs o sus ocultos conocimientos de piratería informática. Ella le había ocultado tantas cosas… ¿Cómo podía confiar en ella?
«Si hubieras seguido siendo la misma de antes, te creería», afirmó con gravedad. «Sin embargo, en nuestros dos años de matrimonio, ¿alguna vez has sido completamente sincera conmigo?».
Freya se quedó en silencio durante unos instantes.
Mirándole directamente a los ojos, preguntó: «¿Estás cuestionando mis sentimientos hacia ti?».
«¿No debería hacerlo?», respondió Kristian, cuya emoción genuina le impedía razonar con calma al enfrentarse a los engaños de ella. «Más allá del nombre Freya Briggs, ¿hay algo auténtico en ti?».
«Vete». Freya se dio cuenta por enésima vez de que Kristian había perdido la razón.
Por mucho que intentara comunicarse con calma y lógica, él siempre conseguía enfurecerla. ¿Cómo no había sido capaz de reconocer antes ese potencial frustrante que había en él?
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