Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1492
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Capítulo 1492:
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Después de eso, aún le quedarían cientos de miles después de comprarle una casa a su hija. Podría jubilarse cómodamente si quisiera. ¿Por qué no iba a aceptar la oferta?
Aun así, la idea le dejaba un vacío doloroso. Melvin casi deseaba que ella hubiera sido cruel desde el principio. Si hubiera sido fría como su padre, habría sido más fácil dejarla ir.
«Si una parte de ti todavía quiere aferrarse…», Jessica se calló, sintiendo su dolor.
—No voy a comprar su afecto —dijo Melvin con tono firme y expresión más dura que antes. «El vínculo entre madre e hijo debe ser real o no existir». Siempre pensó que su madre era demasiado impaciente. Si hubiera seguido cuidándolo como al principio, interesándose por él, fingiendo afecto, aunque hubiera tenido motivos ocultos, él la habría ayudado siempre que lo necesitara. Pero ella no pudo evitarlo. Reveló sus intenciones demasiado pronto.
«¿Quieres despedirte?», preguntó Jessica con delicadeza. Sus hermosos ojos reflejaban vacilación mientras observaba a la gente salir del restaurante.
Melvin siguió su mirada.
Vio a Kate de pie en la entrada, con una expresión teñida de una tranquila tristeza.
Por un segundo, casi cedió al impulso. Entonces, una joven de unos veinte años se acercó y gritó alegremente: «¡Mamá, papá!».
Al instante, la tristeza de Kate se desvaneció. Una alegría pura llenó su rostro mientras abrazaba a la chica.
Melvin vio la luz en sus ojos. La felicidad de una familia completa.
Apartó la mirada.
Incluso sin él, su madre viviría bien. «Vamos a casa».
«De acuerdo». Jessica no dijo nada más.
Si fuera ella, dudaba que pudiera haberlo manejado con tanta calma.
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Especialmente alguien como Melvin, frío por fuera pero tierno por dentro.
Solo habían dado unos pasos cuando Melvin se detuvo.
Sacó su teléfono y transfirió tres millones a la cuenta de Kate.
En cuanto se completó la transferencia, miró atrás por última vez. ¿Mostraría arrepentimiento?
Unos instantes después, el teléfono de Kate vibró. Ella miró la pantalla y esbozó una amplia sonrisa.
Abrazó a su hija. Abrazó a Franco. Sonriendo de oreja a oreja. Melvin podía oír fragmentos de su emoción desde donde estaba. «La casa».
«Pagada en su totalidad».
«No hace falta pedir un préstamo».
«Iremos a verla mañana…».
—Melvin. —Jessica le tocó el brazo con delicadeza, con voz llena de preocupación.
«Estoy bien», Melvin se esforzó por mantener la calma en su voz. «Sabía que sería así».
Esta vez, no volvió a mirar atrás. Con Jessica a su lado, dejó atrás la ciudad. Ni una pizca de renuencia permanecía en su corazón.
De vuelta en el restaurante, Kate miró a Franco y a su hija. «¿Crees que esto significa que ha roto definitivamente conmigo?».
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