Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1490
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Capítulo 1490:
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«¿Cuánto necesitas?», preguntó Melvin con expresión impasible.
«Cuatrocientos mil. Eso sería suficiente para el pago inicial», respondió Kate.
«Siempre podría pedir tres millones a los padres de Jessica. De esa forma, tu hija podría pagar la casa por adelantado». Melvin la miró, poniendo a prueba su determinación, queriendo ver su reacción. Nunca había hecho nada parecido antes.
Los ojos de Kate brillaron ante la sugerencia. «¿Lo dices en serio?».
«Pero tengo una condición». Melvin se sorprendió incluso a sí mismo por lo indeciso que se sentía en ese momento.
Por un instante, no supo si su respuesta le había dejado frío o le había proporcionado una extraña sensación de cierre.
«¿Qué quieres de mí?», preguntó Kate.
«Me borrarás por completo de tu vida». Las palabras de Melvin fueron secas y definitivas. «Coge los tres millones, pero después de eso, cada uno seguirá su camino. Sin llamadas. Sin visitas. Nada».
Kate vaciló, atrapada entre la codicia y algo que podría haber sido arrepentimiento.
Melvin no necesitaba más confirmación. Si en su corazón quedaba alguna preocupación genuina, habría respondido sin pensarlo dos veces. Una madre que ama a su hijo nunca se detendría a sopesar una decisión como esta. Algunos podrían responder con ira, declarando que ninguna cantidad de dinero puede acabar con el amor de una madre.
Otros intentarían bromear al respecto.
Las madres de verdad nunca dudaban.
«¿De verdad vas a seguir adelante con esto?». Melvin sintió un dolor vacío en el pecho al darse cuenta de la verdad.
«¿Puedes intentar pedir menos? ¿Quizás un millón y medio? No rompamos nuestra relación para siempre. Sé que cometí errores y quiero mejorar, al menos durante las vacaciones», la voz de Kate temblaba mientras negociaba.
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Melvin apretó los puños a los lados, luchando por mantener la compostura. Kate siguió intentándolo. «Nunca he dejado de sentirme mal por lo que pasó entonces».
«Si realmente te sintieras culpable, ni siquiera considerarías aceptar este trato», le recriminó Melvin, poniendo de manifiesto su verdadera intención.
Avergonzada, luchó por mirarle a los ojos. «Yo…».
«Te enviaré el dinero a tu cuenta». Melvin cerró el capítulo con esas palabras, obligándose a no darse la vuelta. «A partir de ahora, no somos nada el uno para el otro».
La firmeza de esa afirmación quedó flotando en el aire.
Sin decir nada más, salió de la habitación.
«¡Melvin!», le gritó Kate, pero sus pies permanecieron clavados en el suelo.
Melvin no miró atrás al dejarla atrás.
Justo afuera, Jessica esperaba. Él le tomó la mano y dijo: «Vamos».
Una vez que se marcharon, Franco entró y encontró a Kate todavía sentada sola. Miró hacia la puerta por la que había salido Melvin. «¿Qué ha pasado aquí?».
—Me ha dicho que ya no soy su madre —respondió Kate con voz apagada.
«¿Qué le dijiste para que se fuera así?», preguntó Franco, mirándola atentamente. «Parecía que se preocupaba por ti cuando hablaste antes».
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