Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1471
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Capítulo 1471:
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Eso la tomó por sorpresa. ¿Cómo había tergiversado su pregunta de esa manera?
Melvin la miró directamente a los ojos. «Solo me interesas tú. Nadie más me importa».
El resto del trayecto transcurrió con una conversación distendida.
Cuando llegaron, Nyla ya había reservado un salón privado.
Poco después de las nueve, todos se reunieron en la sala exclusiva de la discoteca. Todo estaba listo: comida, bebida y todas las distracciones que el dinero podía comprar. Nyla y sus amigos se sentían como en casa.
En medio del ruido y las risas, la presencia tranquila y reservada de Melvin llamó la atención.
«¡Vamos, tomad una copa!». Bianca aprovechó la oportunidad para servir bebidas a todos, con un objetivo claro. «Este lugar es para relajarse. Esta ronda es para vosotros dos».
Melvin respondió con frialdad: «No, gracias. Tengo que conducir más tarde».
Esa simple afirmación enfrió el ambiente de inmediato.
El grupo intercambió miradas y alguien dijo: «De acuerdo, quien se salte las bebidas pagará la cuenta esta noche».
«No hay problema». Melvin asintió sin pestañear. Su tranquila respuesta sorprendió a todos.
En silencio, todos recordaron los rumores que Jack había difundido: que Melvin solo había entrado en Amara Kitchen gracias a unos contactos intimidantes.
«Tu novio es un tipo con clase, y muy generoso». Nyla, en busca de cotilleos, se acercó a Jessica. «¿De qué familia es?».
«De la mía», respondió Jessica sin mucho interés.
Bianca se inclinó hacia ella. «Se refiere a qué empresa va a heredar».
«No soy el heredero de nadie», respondió Melvin manteniendo la compostura. «Solo soy un chico normal de un lugar pequeño».
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«Eres todo un cómico», dijo Nyla con una suave risa mientras removía su bebida. «¿Crees que un chico normal puede entrar en Amara como si nada?».
Lo había pensado detenidamente. Para conseguir un puesto en Amara se necesitaban contactos o un milagro. Incluso algunas grandes organizaciones tenían que mover los hilos, y ahí estaba Melvin, sin preocuparse.
Así que solo podía ser una de dos cosas: o lo había planeado hacía años y había tenido suerte, o tenía tanto peso que nadie se atrevía a decirle que no.
Se mirara como se mirara, no había nada normal en él.
Bianca sonrió con aire burlón. —Jessica, tu hombre tiene secretos.
«No es que te esté ocultando cosas». Nyla seguía admirando a Melvin. «Creo que acabas de ganar la lotería de los novios después de veintiocho años sola».
Una leve mueca de disgusto cruzó el rostro de Melvin.
Antes de que pudiera decir nada, Jessica intervino con una sonrisa, claramente imperturbable. «Tienes razón en eso. Me ha tocado el gordo. No todo el mundo encuentra a alguien como él».
Nyla siguió con la conversación. «¿Así que has superado tu antiguo enamoramiento?».
Rena se apresuró a añadir: «Oímos que estabas locamente enamorada de un chico en el instituto. Pasaste años persiguiéndolo. ¿Ya es historia?».
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