Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1425
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1425:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Jessica se quedó sin palabras. Se cuestionó su propia cordura por haber tenido siquiera esta conversación con Jack.
Jack se fijó en su expresión. «¿No me crees?».
«Deja de proyectar tu forma de pensar en él», espetó Jessica. «Él no es así».
«Los hombres se entienden entre sí», dijo Jack encogiéndose de hombros. «Tú no puedes leer la mente. ¿Cómo puedes estar segura?».
«No voy a hablar más». Jessica cogió su bolso y llamó a un taxi.
«¿Quieres que te lleve?», se ofreció Jack, con demasiada naturalidad.
«¡No!», estalló Jessica. Un minuto más con él podría haber sido demasiado.
Jack se rió entre dientes mientras la veía marcharse. Sacó el certificado de matrimonio falso y le echó un vistazo. Parecía inquietantemente auténtico. Sí, era una completa falsificación. Y, sin embargo… una extraña sensación de deber se apoderó de él.
—¿Señor? —preguntó el conductor con cautela, al darse cuenta de que Jack miraba fijamente el certificado—. ¿Informará a sus padres sobre su matrimonio con la señorita Prescott?
«No es necesario», respondió Jack mientras se deslizaba en el coche, jugueteando con su teléfono. «Es solo un matrimonio falso».
El conductor parpadeó, confundido.
Jack añadió: «Pero no se lo diga a nadie. Si alguien pregunta, diga que Jessica y yo estamos legalmente casados».
—¿Y sus padres? —preguntó de nuevo el conductor.
—Yo me encargaré de ellos —dijo Jack con firmeza—. Tú no te metas.
El conductor asintió y arrancó el motor.
Ninguno de los dos se percató del discreto coche negro aparcado al otro lado de la calle. Dentro, al volante, estaba Melvin. Los había seguido todo el tiempo, en silencio, desde las sombras.
Capítulos actualizados en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝗺 con lo mejor del romance
Melvin había visto a Jessica salir del ayuntamiento, aferrándose a los papeles del matrimonio como si fueran un salvavidas. También había visto cómo se desarrollaba su intercambio con Jack allí mismo, en las escaleras.
Sus nudillos se pusieron blancos mientras apretaba el volante con más fuerza, pero permaneció inmóvil, incapaz de actuar.
Durante toda una semana, Melvin abandonó por completo su trabajo. Este cambio radical con respecto a su disciplinada rutina sorprendió a todos los que conocían su incansable dedicación.
Para mantener el buen funcionamiento de la empresa, delegó metódicamente todas las tareas cruciales y solicitó formalmente dos semanas de permiso a Freya.
Cuando Freya tramitó su solicitud de permiso sin precedentes, no pudo ocultar su preocupación. «Tómate todo el tiempo que necesites y ocúpate de lo que te preocupa. Yo me encargaré de todo aquí, así que no dejes que las preocupaciones de la empresa te agobien».
«Lo entiendo», respondió Melvin, con ese tono de compostura glacial que le caracterizaba y que ocultaba su caos interior.
Freya murmuró un breve «entendido» antes de dejar que la conversación se desvaneciera en silencio.
Sin embargo, su instinto le susurraba que este cambio dramático estaba relacionado de alguna manera con Jessica.
.
.
.