Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1369
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1369:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Solo una charla». La voz de Melvin era firme y su expresión no revelaba nada. La taza que Jessica sostenía en la mano tembló ligeramente cuando un destello de arrepentimiento cruzó por su mente.
Quizás había actuado demasiado rápido.
Aun así, él no la había detenido; ella no pudo resistirse.
Después de calmarse con una respiración lenta, lo miró. «Por supuesto».
«Te das cuenta de que no era mi intención girar la cabeza en ese preciso momento, ¿verdad?». Una mirada aguda volvió a aparecer en los ojos de Melvin mientras estudiaba el rostro de Jessica, buscando su reacción.
Jessica contuvo el aliento y sus labios formaron una línea delgada mientras una chispa de nerviosismo brillaba en su mirada.
Melvin se percató de su silenciosa pausa y le preguntó con delicadeza: «¿Tengo razón?».
Sus mejillas se sonrojaron, pero ella respondió con un bufido juguetón, tratando de ocultar las mariposas en su estómago. «¿Y qué si lo estoy? Aun así te diste la vuelta y me robaste mi primer beso. No importa si fue un accidente, el resultado es el mismo».
Los ojos de Melvin se clavaron en los de ella, firmes e indescifrables.
Sus dedos se aferraron al vaso, delatando su aparente calma. Aquello la abrumaba. ¿Cuándo había empezado a sentir su presencia tan… intensa? Estaba perdiendo la compostura, y rápidamente.
«Tienes razón», dijo Melvin en voz baja, con tono tranquilo, mientras asentía con la cabeza.
Jessica parpadeó, sorprendida por su fácil aceptación.
Se puso de pie y le quitó el vaso de la mano con delicadeza. —Déjame ayudarte.
—¿Eh? —La mente de Jessica seguía dando vueltas, sin poder seguir el ritmo.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 con lo mejor del romance
—Dijiste que querías agua, ¿verdad?
—Ah, sí, gracias.
«De nada». Melvin llenó el vaso con agua y se lo devolvió.
Luego, casi como una idea de último momento, añadió: «Me quedaré en casa contigo durante las próximas dos semanas. Si necesitas ir a algún sitio, te llevaré».
Jessica ladeó la cabeza, desconcertada. «¿Qué significa eso?».
Él se encogió de hombros, sin dar más explicaciones. «He despejado mi agenda. Tú estás al mando por ahora».
«¿No vas a ir a trabajar?».
—No.
«¿Hablas en serio?». Jessica se sentía como en un sueño.
Melvin asintió levemente con la cabeza, con el rostro tranquilo pero seguro.
Ella se mordió el labio, todavía tratando de asimilarlo.
Todos —Gerard, Freya— siempre habían dicho que Melvin vivía para su trabajo y apenas se tomaba descansos.
Pero ahora…
Observó al hombre que tenía delante, sereno y tranquilo, pero había algo en él que parecía diferente, como si se estuviera produciendo un cambio silencioso.
—Te encanta tu trabajo —dijo ella, curiosa—. ¿Por qué tomarte un descanso ahora?
Melvin sonrió levemente. —Es la primera vez que tengo una relación. Quiero que sea especial para ti.
Jessica no respondió, intuyendo que había algo más. Sabía que esa no era toda la historia.
.
.
.