Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1360
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1360:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Jessica apretó los labios hasta formar una línea fina. Su plan no había funcionado en absoluto con él. «¡Trátame como a tu novia, a partir de ahora!», volvió a intentarlo, sin querer rendirse.
Melvin vaciló, recordando algo que Gerard había dicho. Cuando la miró, su voz se volvió más suave. «¿Es porque te gusto?».
«Por supuesto que sí». Jessica asintió con la cabeza y respondió sin dudar. «No solo tú, sino también Gerard. Los dos sois buenos conmigo. ¿Cómo no iba a sentir eso?».
«Te preguntaba si te gustaba más que como amigo».
«No, en ese sentido no».
—¿Lo dices en serio?
«En absoluto». Jessica mantuvo la voz firme, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho.
Melvin no estaba dispuesto a dejarlo pasar. «Entonces, ¿por qué estás tan empeñada en que haga el papel de novio?».
«Solo quiero ver cómo es una relación». La terquedad de Melvin le parecía imposible. «Si resulta ser maravilloso, tal vez el matrimonio ya no me dé miedo. Si no, seguiré soltera».
«No». Melvin negó con la cabeza y se mantuvo firme.
Jessica suspiró. «¿Y por qué no?».
«Lo probarías conmigo, así que lo que sentirías solo tendría que ver con nosotros», explicó Melvin, con tono inflexible. «Si acabaras pensando que el matrimonio no vale la pena solo por nuestra experiencia, eso no sería justo para el próximo chico».
Jessica apretó los puños y respiró hondo para calmarse. ¿Tendría que hacerle ver la verdad ella misma?
La determinación en su rostro lo decía todo, y él podía adivinar lo que estaba pensando. «No tendrías ninguna posibilidad si intentaras luchar contra mí».
Continúa tu historia en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 que te atrapará
«¿Quieres comprobarlo?».
«Créeme».
Con una rápida patada, Jessica demostró que no estaba fanfarroneando. ¡Idiota obstinado!
Melvin abrió la boca para protestar, pero antes de que pudiera decir una palabra, su teléfono comenzó a sonar.
La molestia se reflejó en su rostro cuando miró el identificador de llamadas. Al ver quién era, su irritación no hizo más que aumentar. «¿Qué quieres?».
«El tío Roland me ha dicho que sigues soltera», dijo la voz de su prima, bienintencionada pero despistada. «¿Quieres que te presente a alguien?».
—¡Estoy bien, gracias!
«¿Estás segura?».
«En realidad, tengo novio».
Jessica le puso el teléfono en las manos a Melvin y le lanzó una mirada que decía: «Di algo».
La confusión se apoderó de su rostro. «¿Decir qué?».
En el otro extremo de la línea se desató el caos.
«Mi novio», dijo Jessica sin rodeos, antes de colgar y silenciar el teléfono.
¡En serio! ¿Tan difícil era conseguir que Melvin dijera que sí?
.
.
.