Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 134
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 134:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Empujó la puerta con tranquila determinación. Dentro, Trent estaba sentado solo, con su habitual sonrisa relajada y sus gafas de montura dorada que le daban un aire intelectual.
Al ver a Freya, la saludó cálidamente: «Ah, ya has llegado».
—Mmhmm —respondió ella con firmeza.
Los ojos de Trent brillaron con un toque de misterio mientras decía: «Tengo algo intrigante que mostrarte». Metió la mano en el bolsillo y sacó un paquete de fotografías.
Freya levantó las cejas, sorprendida por el gesto.
Con un gesto grandilocuente, Trent le mostró las fotos, con actitud tranquila y digna. «Son auténticas, míralas con atención».
Curiosa, Freya comenzó a hojear las imágenes. Cada una revelaba momentos íntimos de Ashley envueltos en un romance con un hombre.
Entre las fotos había instantáneas íntimas de besos, conversaciones casuales en eventos sociales y momentos cotidianos de sus vidas.
—¿De dónde son? —preguntó Freya, con la mirada fija en las fotos que Trent había colocado ante ella.
Aunque no tenía ningún interés genuino en la vida personal de Ashley, la decisión deliberada de Trent de mostrarle esas fotos sugería que tenía algo importante que decir.
«Me las dio un socio», respondió Trent con sinceridad, sin hacer ningún esfuerzo por ocultar la verdad. «Me dijo que alguien se había puesto en contacto con él para publicar un comunicado de prensa y fabricar historias basadas en estas imágenes».
Freya frunció ligeramente el ceño mientras consideraba las implicaciones.
Sabía que Ashley trabajaba como modelo. Por desgracia, Ashley carecía de la motivación adecuada y siempre elegía el camino más fácil en su carrera. Esto había limitado su fama dentro de la industria.
Freya entendía que el anonimato no ofrecía protección frente al escrutinio público. Incluso personas relativamente desconocidas podían convertirse de repente en el centro de una tormenta en las redes sociales. Cuando eso ocurría, los usuarios de Internet desenterraban metódicamente todos los detalles personales, hasta la dirección de su casa.
—¿Quieres volver a Alerith? —preguntó Trent, al darse cuenta de que ella había asimilado la situación—. Hay un vuelo a medianoche con plazas disponibles.
Freya lo miró con auténtica confusión. —¿Por qué iba a hacerlo?
—Si estoy en lo cierto, Kristian ya conoce tus habilidades como hacker —explicó Trent tras analizar cuidadosamente la difícil situación de Freya—. En cuanto se conozca el escándalo de Ashley, te convertirás en su principal sospechosa.
—Si me voy de repente, sus sospechas solo se reforzarían —respondió Freya, mostrando que entendía perfectamente la situación.
Trent estudió su rostro con atención.
Freya dio su respuesta definitiva. —Ya me ha acusado falsamente muchas veces. Tanto si me quedo aquí como si huyo a Alerith, mientras tenga dudas, me creará problemas.
Además, todavía estaba esperando que se finalizara el proceso de divorcio.
El tiempo había pasado volando, con años enteros desapareciendo en lo que parecían instantes.
Ahora, paradójicamente, cada día se alargaba infinitamente, haciendo que los treinta días de espera parecieran varios años arduos.
—¿Quieres que localice a quien está detrás de esto? —se ofreció Trent, que contaba con los contactos y los recursos necesarios para hacerlo.
«No será necesario», respondió Freya, que había pasado la tarde investigando el anterior accidente de coche de Ashley. «Incluso si los identificaras, podrían ser simples peones y no los verdaderos responsables».
.
.
.