Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1334
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Capítulo 1334:
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Con Ellis encargándose personalmente, esta era la mejor oportunidad que tenían para sacar más provecho del otro equipo.
«¿Eso es todo?», preguntó Ellis, levantando una ceja cuando Marlon terminó.
«Ya es pedir mucho», respondió Marlon, lo suficientemente sensato como para no excederse. «Puede que no acepten».
La voz de Ellis adoptó ese tono rico y suave que le caracterizaba. «Aceptarán».
Marlon preguntó: «¿Cómo puedes estar tan seguro?».
«Porque la apuesta que ofrecemos… soy yo». Ellis lo miró fijamente a los ojos, pronunciando cada palabra de forma deliberada y clara.
Freya parpadeó, sorprendida.
Marlon parecía igualmente desconcertado.
Ambos tenían preguntas acumuladas tras sus labios.
Pero Marlon no dudó. «Ni hablar. Tú quedas fuera».
Ellis era su as, su piedra angular. Perderlo sacudiría toda la estructura. Marlon no estaba dispuesto a correr ese riesgo.
«Confía en mí. Y confía en ella», dijo Ellis, firme como la marea.
Había pasado suficiente tiempo con los miembros de su equipo como para saber que no eran de los que fanfarroneaban. Eran reflexivos, deliberados y mucho más maduros que la mayoría de los de su edad.
Si Freya decía que podía manejarlo, entonces podía.
Marlon dudó, todavía dándole vueltas a la idea.
Entonces Freya habló, con calma y claridad. «Ganaré».
Marlon la miró a los ojos durante un instante y luego asintió lentamente. «De acuerdo. Ve a cerrar el trato. Consigue todo lo que puedas».
«No hay problema», dijo Ellis.
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Esa noche, después de cenar, Ellis hizo la llamada.
La voz que respondió denotaba sorpresa. «¿De verdad vas a mantener el límite de una hora?».
«Sí», respondió Ellis, sin revelar nada.
«Si no ganas, o se te acaba el tiempo, ¿cambias de bando?», dijo la voz, divertida.
Era Brady, y parecía como si le acabaran de hacer un regalo.
Ellis lo confirmó con un «Sí» bajo y firme.
«Quiero hablar con Marlon», dijo Brady. «Necesito oírlo también de él». No estaba dispuesto a caer en ningún juego de palabras.
Ellis le pasó el teléfono.
—Hola, Brady —saludó Marlon con una risa amistosa—.
«¿Ellis dijo que estabas de acuerdo con esto?», preguntó Brady con tono profesional.
«Así es», confirmó Marlon con voz relajada. «Una hora como máximo. Enviaremos a dos. Elige al que quieras».
Hubo una pausa. Brady estaba claramente reflexionando. ¿Todo esto era solo porque el nuevo recluta era tan bueno?
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