Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1332
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1332:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Cansados», respondieron todos al unísono.
Estaban demasiado agotados para gastar energía en más palabras.
«A partir de ahora tendréis tres días de descanso», dijo Ellis, recorriendo con la mirada sus rostros cansados. «Después, el entrenamiento continuará hasta que regreséis».
«Capitán», dijo Freya de repente.
Ellis respondió con un simple «¿Hmm?».
«¿Cuándo podremos empezar a salir en misiones?», preguntó, expresando la pregunta que rondaba en la mente de todos.
Ellis no se anduvo con rodeos. Les dijo la verdad. «Cuando podáis pasar por un entrenamiento de campo como este y salir sin sentiros cansados, entonces estaréis listos».
Se miraron entre sí, con una chispa de determinación brillando en sus ojos. Siempre habían oído que las acciones hablan más que las palabras. Ahora sabían que era cierto. Incluso este entrenamiento, supuestamente sencillo, había puesto de manifiesto todas sus deficiencias.
«Descansen bien cuando regresen», añadió Ellis, con un inusual tono de calidez en su voz.
Todos se pusieron de pie y respondieron al unísono: «¡Sí, señor!».
De regreso, Ellis caminó junto a Freya y le habló en voz baja. «Necesito que te encargues de algo mañana».
Freya lo miró desconcertada.
Los demás estaban igual de confundidos. Sus nervios volvieron a ponerse en alerta máxima al instante. ¿No les acababan de decir que descansaran?
«¿Qué pasa?», preguntó Freya, apretando los labios.
«Otro equipo se ha enterado de tus habilidades como hacker y nos ha enviado un desafío», dijo Ellis con su voz perezosa y agradable de siempre. «Está previsto para mañana».
Sigue leyendo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç◦𝓂 antes que nadie
«Si no te apetece, puedo posponerlo».
Freya soltó un suspiro de alivio. —No pasa nada. Yo me encargo.
Mientras no se tratara de una prueba física agotadora, podría hacerlo.
—Los dos que envían son mejores que cualquiera de nuestro equipo de seguridad actual. Antes eran nuestros, pero nos los quitaron —añadió Ellis, advirtiéndole—. Avísame si necesitas algo.
Freya ni siquiera había abierto la boca cuando Ellis, siempre sereno, habló primero. «Puedes pedir lo que necesites: equipo, ayudantes, lo que sea», dijo con tranquila seguridad.
«Solo consígueme un ordenador bien configurado», respondió Freya. Cuando se trataba de piratear, se sentía segura.
Ellis, con la mirada fija en Frederick, que iba delante, preguntó con tono cauteloso: «¿Quieres a Frederick de tu lado?».
«Hiciste una apuesta, ¿no?», Freya percibió algo más profundo en sus palabras.
La última vez, Ellis se había mostrado indiferente.
Esta vez, sin embargo, el ambiente era diferente.
«Sí. El sargento Marlon Freeman lo negoció él mismo», admitió Ellis, con voz baja y tranquila. «La última vez nos ganaron con gente que robaron de nuestras propias filas. Esta vez queremos recuperar nuestra dignidad».
.
.
.