Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1247
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Capítulo 1247:
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Sí, ese chico era guapo, pero Jesse era lo primero.
«Sé que la he fastidiado», murmuró, buscando la mano de Jesse. «No te enfades, ¿vale?».
Jesse le apretó la mano suavemente y su tono se suavizó. «Vámonos a casa». Ella asintió en silencio, mirando al chico por última vez, claramente reacia, pero no dijo nada más.
«Esperad», gritó el chico de repente.
Jesse y Nina se detuvieron en seco.
Farrah y Alan observaban desde un lado.
«Puedo ir a tu casa un rato», dijo el niño, después de pensarlo. «Pero tengo que estar en casa antes de que anochezca. No me quedaré a dormir».
El rostro de Nina se iluminó al instante. «¿En serio?».
Miró a Jesse y luego le hizo un pequeño gesto con la cabeza. «Sí».
«¡Lo sabía! ¡Eres el mejor!», exclamó Nina radiante, soltando la mano de Jesse y corriendo hacia el niño. «¡Compartiré contigo mis juguetes y mis aperitivos favoritos!».
Jesse simplemente giró la cabeza, sin querer ver la escena.
Finalmente, Alan se llevó a los tres niños con él.
Farrah se quedó en el plató, ya que tenía escenas que rodar por la tarde. De camino, el niño llamó a su madre para explicarle lo sucedido. Al principio, ella se preocupó un poco, así que Alan se ofreció a hablar con ella.
Una vez que todo se aclaró, ella se sintió más tranquila.
«Oye, ¿cómo te llamas?», preguntó Nina con tono alegre y amistoso.
El niño no se contuvo. Con un tono dulce y natural, dijo:
«Jerome».
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«¿Cuántos años tienes?», preguntó Nina.
«Cinco».
«¡Oh! Entonces eres mayor que Jesse y que yo», dijo ella, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Siguió charlando hasta que soltó un comentario que hirió el ego de Jesse.
«No me extraña que seas más alto que mi hermano».
Esas palabras le tocaron la fibra sensible. Jesse se estremeció como si le hubieran dado un puñetazo.
—Nina —espetó, tratando de mantener la compostura—. Cállate.
Freya parpadeó, confundida. «¿Eh? ¿Por qué?».
Jerome, perspicaz para su edad, respondió con calma: «Probablemente esté molesto».
«¿Por qué iba a estar molesto?», preguntó Nina.
«Porque dijiste que soy más alto que él», respondió Jerome con naturalidad, como si fuera lo más obvio del mundo. Continuó charlando con Nina.
Jesse quería echarlo del coche. ¿Qué le pasaba a este niño? Bastaba con una cara bonita para que Nina no pudiera dejar de hablar.
Ella no se percató de la confusión interna de Jesse y siguió charlando con Jerome como si fueran mejores amigos.
Todo el trayecto en coche estuvo lleno de su alegre charla y las tranquilas respuestas de Jerome.
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