Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 123
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Capítulo 123:
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Los pensamientos de Freya se agitaron mientras barajaba las posibilidades antes de llegar a una conclusión. «Da igual lo que diga, usted ya ha decidido que soy culpable, ¿verdad?».
«Exactamente», confirmó Kristian sin dudar.
Freya lo miró fijamente, sin pestañear. «¿Y si puedo demostrar mi inocencia?».
Él permaneció en silencio, pero su expresión y su mirada penetrante transmitían su convicción inquebrantable: «Tú lo has orquestado todo. No hay otra explicación».
«Si demuestro mi inocencia, te disculparás sinceramente y me compensarás adecuadamente», declaró Freya, llegando finalmente a su límite.
La voz de Kristian cortó el aire como el hielo. —Por el contrario, si no logras demostrar tu inocencia, te disculparás sinceramente y compensarás adecuadamente a Ashley.
La ansiedad de Gerard se intensificó exponencialmente. ¿Era realmente necesaria esta confrontación?
Freya rompió la mirada desafiante con Kristian y se dirigió con calma a Gerard. —¿Puedo usar tu portátil?
—Dáselo —ordenó Kristian.
Gerard obedeció inmediatamente.
Freya encendió el dispositivo. Cuando se iluminó la pantalla, Gerard se dispuso a compartir la contraseña.
Lo que sucedió a continuación lo dejó atónito. Con solo dos rápidos golpes en el teclado, Freya desbloqueó el sistema.
Gerard la miró con total incredulidad.
Kristian frunció ligeramente el ceño.
Freya colocó el portátil sobre la mesa, se acomodó en la silla y comenzó a buscar la información.
Nadie se percató del breve destello de la letra «K» en el margen izquierdo de la pantalla: el nombre en clave de Freya, la firma del «Rey de los Hackers».
Había evitado utilizar esta habilidad en particular.
Sin embargo, dadas las circunstancias, sin descubrir la verdad, estas falsas acusaciones persistirían indefinidamente.
Mientras Freya llevaba a cabo su investigación, Frederick permaneció alerta. Tras pasar una noche en vela recopilando información para ella, había intentado descansar, pero el sueño le había sido imposible. Se levantó tras un breve descanso. Al ver el mensaje de Freya, se dispuso a responder, pero de repente, una «K» parpadeó en la pantalla de su ordenador portátil. Frederick abrió los ojos como platos.
¡Increíble!
¿Había vuelto Freya a su estado operativo?
Cogió el teléfono con la intención de preguntarle qué pasaba, pero se detuvo a mitad de camino. Freya estaba claramente inmersa en un trabajo crucial y cualquier interrupción podría romper su concentración. No podía arriesgarse a llamarla.
Sin embargo, la curiosidad lo consumía. ¿Qué circunstancias extraordinarias podrían haber obligado a Freya a reanudar sus actividades en ese momento concreto?
Después de pensarlo detenidamente, decidió compartir esta novedad con otras personas que conocían la identidad de hacker de Freya.
Frederick escribió emocionado: «¡Atención, todos! Tengo noticias importantes. ¡Freya ha reanudado sus operaciones! ¡La legendaria K ha vuelto!».
Greta se burló: «Estás soñando».
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