Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1227
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1227:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Por supuesto que debe ser habilidad. Usar trucos es totalmente injusto», respondió Freya sin dudarlo.
«Si ayudas a Greta, básicamente le estás dando códigos de trucos. Estarías echando por la borda la equidad de su juego con Blake».
Freya lo pensó. Algo no le cuadraba, pero no conseguía averiguar qué era.
«Por supuesto, si aún quieres ayudarla, no te lo impediré», dijo Ellis con naturalidad, aunque su voz tenía peso. «Pero incluso si gana, no será una victoria de la que pueda sentirse orgullosa».
—¡Espera, no! —exclamó Freya de repente.
Ellis arqueó una ceja, esperando claramente su explicación.
Freya se mostró seria y su voz fue firme al explicarlo. —Noel Blake ya ha enviado a alguien tras Greta. Eso ya es hacer trampa.
—Ha utilizado a sus guardaespaldas. Eso es solo su equipo estándar, su equipamiento habitual.
Ellis continuó tejiendo la historia sin perder el ritmo. «¿Pero tú? Tú eres una hacker en toda regla».
«Me estás engañando, ¿verdad?», Freya lo miró con los ojos entrecerrados, sospechosa.
Ellis puso su cara más inocente. «¿Me tomaría tantas molestias si solo fuera para engañarte?».
Freya lo miró fijamente, sin decir nada. Tenía demasiado sentido. Pero aún así no se lo creía del todo.
«Dame tu teléfono. Se lo preguntaré a Greta yo misma», dijo, extendiendo la mano. Pasara lo que pasara, confiaba en Greta.
No se trataba de un juego. Había adquirido esas habilidades para protegerse a sí misma y a las personas que le importaban. Y no estaba dispuesta a desperdiciar esa ventaja ahora.
La expresión de Ellis se ensombreció, solo un poco. No esperaba que ella se diera cuenta tan rápido. Claramente, el dicho «el embarazo te vuelve estúpida» no se aplicaba a ella. Freya podía estar más lenta físicamente en esos días, pero su mente seguía siendo aguda.
Tu fuente es ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.𝓬𝑜𝓂
—¿Dónde está mi teléfono? —preguntó Freya.
Ellis sacó el dispositivo de su bolsillo y se lo entregó.
Al mismo tiempo, sacó discretamente su propio teléfono y llamó a Greta. Para asegurarse de que Freya no oyera el tono de llamada, bajó el volumen al mínimo y lo guardó cuidadosamente en el bolsillo de su abrigo.
Freya siguió enviando mensajes de texto a Greta, moviendo rápidamente los dedos sobre el teléfono.
Ellis sintió un zumbido en el bolsillo y supo que la llamada se había conectado. Su corazón dio un pequeño salto.
Greta acababa de instalarse en un escondite seguro cuando sonó su teléfono. Frunció el ceño, confundida. «¿Hola? ¿Qué pasa?», preguntó en voz baja.
Se llevó el teléfono al oído, esperando una respuesta, pero solo le respondió el silencio. La línea parecía inquietantemente quieta.
Justo cuando se disponía a colgar, la voz de Ellis se abrió paso, suave y lejana. «¿Qué dice Greta?», preguntó.
«Sigue sin responder», dijo Freya con voz tranquila, pero apagada.
Sus palabras eran apenas un susurro, pero golpearon a Greta como un rayo. En un instante, se dio cuenta de que no era un accidente, sino una trampa.
.
.
.