Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1147
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Capítulo 1147:
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«Eso lo resume todo».
Ellis se quedó en silencio, esperando su respuesta.
La incertidumbre se apoderó de la postura de Freya. La promesa que él quería parecía sencilla, pero ella no podía arriesgarse a tentar al destino con él. Había cosas que era mejor no decir.
«De acuerdo, lo admito, tú eras el tema de conversación, pero no dije nada que pudiera avergonzarte. No haría eso», confesó Freya.
Ellis se acercó un poco más. «Déjame verlo por mí mismo».
«Eso no va a pasar».
«¿Qué te lo impide?».
«Simplemente no puedo, no hay ninguna razón en particular». Freya intentó ser sincera, ya que se había quedado sin excusas.
«¿Cómo voy a saber si estás siendo sincera?». Con una chispa traviesa en los ojos, la provocó aún más. Levantó las cejas con picardía. «Todo el mundo dice que los mensajes de las chicas con sus amigas son un secreto sagrado, y yo…».
Sus palabras nunca llegaron al final.
Freya se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla. Su mirada brillaba con picardía mientras su voz se volvía suave. «¿Te convence eso?».
«No del todo». Una lenta sonrisa se extendió por su rostro mientras se tocaba los labios, fingiendo pensar. «La prueba que quiero está aquí mismo».
Un minuto: Freya se inclinó, accediendo a su petición sin dudarlo.
Sus ligeras bromas pronto dieron paso a una oleada de deseo real.
Ellis no perdió tiempo, la atrajo hacia él y la envolvió en un abrazo mucho más profundo.
Sus respiraciones se mezclaron y el mundo que los rodeaba se desvaneció, dejando solo el creciente calor entre ellos.
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Al poco tiempo, ella se separó, sin aliento y sonrojada. «Eso debería ser un minuto…».
Ellis se quedó un momento, con la mirada fija en sus labios, la garganta apretada mientras el deseo parpadeaba bajo la superficie.
Sintiendo el cambio, ella intentó cambiar de tema. «Bueno… ¿puedo irme ya?».
Él emitió un sonido grave de asentimiento.
«Entonces voy a charlar con las chicas». Ella comenzó a alejarse.
Ellis extendió la mano, detuvo su huida y la atrajo suavemente hacia sus brazos. «¿Has pensado en mi pregunta de antes?».
La confusión se reflejó en el rostro de Freya. No tenía ni idea de a qué se refería.
«¿Prefieres quedarte conmigo para seguir «practicando» o te apetece ir a la base de entrenamiento?». Ellis sonrió con picardía en los ojos. «Después de la boda, serás responsable de todos mis deseos».
Las mejillas de Freya se sonrojaron aún más, y la vergüenza la tomó por sorpresa. Se quedó sin palabras mientras buscaba una salida.
Forzó otro cambio de tema. «Dejemos esto para después de que nos hayamos casado oficialmente».
«Dame una respuesta ahora y podrás irte». Ellis sonrió con aire burlón, claramente sin intención de dejarlo pasar.
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