Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 1120
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1120:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
En cuanto terminó de hablar, las manos de Freya se movieron y las cuerdas cayeron al suelo.
El movimiento repentino tomó por sorpresa a los tres hombres, que abrieron los ojos con sorpresa. Una carta salió disparada de la mano de Freya.
Las armas de los secuaces salieron volando de sus manos, mientras que el hombre barbudo atrapó la carta, un rey de picas, entre sus dedos. En medio del caos, Freya cogió dos pistolas del suelo. Apuntó con una a los secuaces y con la otra al hombre barbudo. Los secuaces se quedaron paralizados, con el rostro pálido como fantasmas.
El hombre barbudo estaba igual de atónito. Normalmente, habría podido coger un arma tan rápido como Freya, convirtiendo la situación en un enfrentamiento. Pero hoy había cometido un error.
Por un lado, no había estado en alerta máxima, ya que ella era la novia de Ellis. Por otro, su habilidad con las cuerdas y ese truco de cartas lo habían desconcertado. Y, lo más importante, todavía tenía la carta en la mano.
Incluso con un arma apuntándole, el hombre barbudo se mantuvo tranquilo. Frotó la carta entre sus dedos y dijo lentamente: «Solo conozco a una persona que sabe manejar las cartas así».
Le dio la vuelta a la carta para mostrarle el rey de picas.
«¿Por qué me has agarrado?», preguntó Freya, sin bajar la guardia e ignorando su suposición sobre su identidad. No era de extrañar que alguien que conocía a Ellis supiera quién era K.
«Tranquila», dijo el hombre barbudo, suavizando el tono al darse cuenta de quién era ella. Ya no se mostraba tan cauteloso ni agresivo. «Soy amigo de Ellis. Ya lo sabes».
La expresión de Freya no cambió. Por supuesto que lo sabía. Si no lo supiera, ya habría apretado el gatillo.
«Baja el arma y podemos hablar», dijo el hombre barbudo, con voz tranquila y firme.
Visita ahora ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝗺 en cada capítulo
Freya no respondió; su concentración era absoluta. Sabía exactamente con quién estaba tratando. Ellis había descrito una vez a este hombre como alguien que parecía sencillo e inofensivo, pero que era un maestro en su oficio en todos los sentidos.
Hasta ese momento, el hombre que tenía Freya delante solo había conocido la derrota a manos de Ellis.
La precisión, agilidad e instinto de Freya la situaban entre los mejores de su equipo, pero aún así no lograba igualar el dominio absoluto de Ellis. Si alguna vez se enfrentaba a este hombre barbudo en una lucha justa, sabía que tendría que luchar cuesta arriba.
Pero esa noche, con el factor sorpresa inclinando finalmente la balanza a su favor, no podía permitirse que sus palabras la desconcentraran ni dejar escapar esa estrecha ventaja.
—Hermano, ¿acabas de decir que ella es K?
—¿Te refieres a K, la que se asoció con Ellis y os aplastó totalmente a ti y a Eric Potter en esa misión?
Los secuaces se quedaron paralizados, incrédulos. Nadie del equipo había visto nunca el rostro de K. Ellis siempre insistía en que K no era miembro oficial y mantenía su existencia en secreto, alegando que su vida real se vería sumida en el caos si se corriera la voz. Sin embargo, allí estaba ella: K, revelada por fin, no solo brillante, sino también increíblemente hermosa.
«Basta, vosotros dos, retroceded». El orgullo del hombre barbudo se encendió. «Si Eric no hubiera metido la pata entonces, yo no habría perdido».
«Sí, lo que tú digas», respondieron sus hombres, sin poder ocultar sus sonrisas burlonas.
.
.
.