El requiem de un corazón roto - Capítulo 897
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 897:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Brian también estaba borracho, así que en el caos de la noche, sus acciones parecieron casi inevitables. Pero ahora que estaba lúcida, no sabía cómo afrontar lo que había sucedido.
Mientras tanto, Brian se despertó en una cama vacía, con la mente aún nublada por los restos del sueño. El pánico se apoderó de él cuando buscó su teléfono y volvió a marcar el número de Rachel. Le envió un mensaje tras otro, esperando alguna señal de respuesta. Pero el silencio solo aumentó su ansiedad.
El silencio se prolongó. Cada llamada, cada mensaje, caía en un vacío infranqueable, como si ella hubiera desaparecido sin dejar rastro. Pasó una semana y Brian comprendió que Rachel no quería verle, ni volver a recordar aquella noche. Sin embargo, ¿cómo podía seguir adelante? El peso de las palabras no dichas permanecía en su corazón y no podía simplemente olvidarlo.
Pasaron dos meses antes de que sus caminos se cruzaran de nuevo, esta vez en un evento benéfico. Era un gran evento organizado por los medios de comunicación para fomentar las donaciones a gran escala. Rachel estaba allí para conseguir patrocinadores para niños necesitados, mientras que Brian representaba a su empresa y prometía una generosa donación de cien millones de dólares.
Mientras Rachel observaba el desarrollo de la ceremonia de donación, no pudo evitar emocionarse. La magnitud del evento, la generosidad… todo ello despertó algo profundo en su interior. Sin embargo, allí de pie, sabía que ella y Brian habían perdido su oportunidad. Habían sucedido demasiadas cosas que escapaban a su control y la distancia entre ellos se había hecho demasiado grande.
Cuando Rachel se disponía a salir de la ceremonia, la voz de Ronald atravesó el aire, llamándola. Se quedó paralizada, sintiendo que su instinto le decía que corriera, que escapara.
Ronald se acercó con expresión solemne. Se inclinó profundamente y, con voz cargada de remordimiento, dijo: «Señorita Marsh, le debo una profunda disculpa. Todo lo que ocurrió aquella noche fue culpa mía. Puede dirigir su ira hacia mí, pero, por favor, no culpe al señor White. Él no sabía nada, igual que usted».
Rachel parpadeó confundida, con la mente a mil por hora. «Ronald, ¿de qué estás hablando?».
𝑆𝒾𝑔𝓊𝑒 𝓁𝑒𝓎𝑒𝓃𝒹𝑜 𝑒𝓃 ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 con contenido nuevo
Los ojos de Ronald se encontraron con los de Rachel, llenos de arrepentimiento. «Aquella noche en el hotel… usted y el señor White…».
En ese momento, Rachel lo comprendió todo. Su expresión pasó de la confusión a la incredulidad, y su mirada se clavó en él al darse cuenta de lo que había sucedido. «¿Entonces estás diciendo que todo fue culpa tuya?».
—Sí —respondió Ronald con sinceridad inquebrantable, con voz suave pero firme mientras continuaba—. Tú te marchabas y el Sr. White… no podía soportarlo. Quería pedirte que te quedaras, pero no tuvo el valor. En su lugar, se sumió en una profunda tristeza, incapaz de encontrar descanso. Su insomnio se volvió insoportable, prolongándose noche tras noche. En realidad, su insomnio había empeorado desde que te marchaste hace años, dejándolo inquieto y agotado. Pero cuando regresaste, trabajando a su lado, su estado mejoró. Sin embargo, al acercarse el final del acuerdo de tres años, temía que te marchases de nuevo, y su insomnio empeoró una vez más».
Ronald hizo una pausa, con los ojos llenos de empatía, y continuó con palabras llenas de comprensión. «Sra. Marsh, a lo largo de los años, el Sr. White ha hecho innumerables cosas por…».
.
.
.