El requiem de un corazón roto - Capítulo 895
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 895:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Después de tres años de compañía casi constante, era inevitable que surgieran sentimientos. Pero a veces, solo hacía falta un momento fugaz de valentía para que se desatara algo imprudente.
Brian rompió el silencio con voz firme pero inquisitiva. «¿Qué planes tienes ahora?».
La mirada de Rachel se suavizó y se inclinó ligeramente hacia delante. «Quiero centrarme en el trabajo benéfico en zonas pobres con niños, como Jeffrey. Espero poder llevarles alegría y marcar una diferencia real en sus vidas». Sus palabras estaban llenas de determinación, revelando su intención de marcharse, y no solo por un tiempo.
La voz de Brian tembló ligeramente, delatando la incertidumbre que intentaba ocultar. «Volverás, ¿verdad?».
Rachel le miró con suave determinación. «Sí, volveré a visitarte sin falta. Gracias por estos tres años, por dejar atrás el pasado y por tu apoyo incondicional a Lizzie y al Grupo Vance».
La expresión de Brian se suavizó. «Lo hice de buena gana», dijo, inclinando la cabeza hacia atrás y bebiéndose otra copa de vino.
Rachel no dijo nada más, simplemente se unió a él en el silencio, y sus copas tintinearon suavemente mientras compartían el momento.
La velada se alargó más de lo que ambos habían previsto. Se bebieron varias botellas de vino y, cuando Rachel empezó a notar los efectos del alcohol, sus pensamientos se ralentizaron y su habla se volvió un poco menos segura. Ronald, percibiendo el cambio, llegó para pagar la cuenta y los acompañó discretamente hasta la salida.
Al principio, Brian había pensado llevar a Rachel a su casa, pero justo cuando estaban a punto de marcharse, Ronald intervino. —Ya le he reservado una habitación en un hotel cercano. Está bastante borracha y es mejor que descanse esta noche. Si no, se encontrará fatal por la mañana.
Brian asintió en silencio, con la mirada fija en Rachel.
En el coche, Brian observó cómo Rachel dormía profundamente. Sin decir nada, la levantó con cuidado, la acunó contra él y se dirigió al hotel.
Historias exclusivas en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 que te atrapará
Aún aturdida por el alcohol, Rachel se acurrucó instintivamente contra él, buscando consuelo en su calor.
En ese breve instante, Brian se permitió abrazarla, sintiendo el suave subir y bajar de su respiración. Sabía que sería la única vez que podría tenerla tan cerca. En otras ocasion es, su anhelo por ella seguía siendo un deseo lejano e inexpresable, un sueño imposible.
En la habitación, Brian acostó con cuidado a Rachel en la cama, con movimientos tiernos mientras escurría una toalla suave y le limpiaba el rostro con delicadeza. La habitación se llenó de un aroma agradable que lo tranquilizó mientras respiraba profundamente, saboreando la rara paz que reinaba entre ellos.
Una vez que Rachel estuvo acomodada, Brian la arropó, con los dedos posados en los bordes de la manta, como para prolongar el momento. Se giró para atenuar las luces, dispuesto a marcharse y dejarla descansar, cuando un suave tirón en su muñeca lo detuvo en seco.
—¿Rachel? —El corazón de Brian dio un vuelco al volverse, sorprendido e inseguro. Su mirada se clavó en la de ella—. ¿Sabes quién soy? —preguntó, casi en un susurro.
Rachel abrió los ojos, apenas despierta. Negó con la cabeza débilmente, con la garganta seca, y susurró: «Agua… Necesito agua».
.
.
.