El requiem de un corazón roto - Capítulo 885
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 885:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La expresión de Brian se volvió seria. Era como si un lago helado hubiera sido golpeado repentinamente por agua caliente, haciendo que el hielo se agrietara y se rompiera.
Una brisa fresca barrió la habitación, provocando un escalofrío en el aire.
«¿A cambio?».
En su mente, todo lo que él hacía tenía un propósito, una razón detrás, por lo que preguntó sin dudarlo.
¿Qué era lo que él quería de ella?
Él solo estaba agradecido de que ella hubiera aceptado finalmente reunirse con él, hablar con él. No quería nada más que ayudarla con todo lo que tenía. Sus acciones estaban motivadas por su propia voluntad, impulsadas por su amor por ella.
No esperaba nada a cambio.
Pero parecía que ella había malinterpretado sus intenciones.
«No quiero nada de ti, Rachel. Lo hago porque me preocupo por ti», dijo Brian con convicción.
Rachel sintió que el corazón se le aceleraba al absorber cada una de sus palabras, pero una parte de ella no se atrevía a aceptarlas.
«Por favor, ponme alguna condición», dijo con voz suave pero firme. «Me siento mejor cuando hay algo justo a cambio».
Brian se volvió hacia la ventana y respiró profundamente el aire fresco.
Dejando que el frío invadiera sus pulmones, se tomó un momento para calmarse. —Está bien —dijo—. Solo una condición. No me evites más. Volvamos a conectar… como amigos.
Eligió cuidadosamente las palabras, sopesando diferentes posibilidades.
Actualizaciones diarias desde ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 disponible 24/7
¿Superior y subordinada? ¿Compañeros de trabajo? ¿Socios comerciales? Después de pensarlo mucho, se decidió por una palabra que esperaba que le pareciera adecuada, que le ofreciera consuelo y le diera un atisbo de esperanza.
Rachel levantó los ojos para encontrarse con los de él, con una mirada clara y brillante, que tenía un encanto innegable mientras lo miraba.
«Debes saber que mis intenciones son claras. Necesito tu ayuda. ¿Estás segura de que esta es la única condición que quieres?».
Brian extendió la mano hacia ella, hablando ahora con más franqueza. «Si estás de acuerdo, trato hecho».
«Acepto», respondió Rachel en voz baja.
En el silencio de la habitación, sus manos se encontraron y, con ese simple contacto, Brian sintió que la tensión se aliviaba y que el ambiente se volvía más ligero y reconfortante. Sí, ahora su deseo era muy sencillo. Solo con poder volver a verla, aunque fuera de vez en cuando, era suficiente para él.
Gracias a la ayuda de Brian, el Grupo Vance logró recuperarse en poco tiempo.
Seleccionó cuidadosamente un equipo de expertos para Lizzie, que rápidamente encontró su lugar. A partir de ahí, todo pareció encajar a la perfección y la empresa comenzó a tomar un rumbo mucho más prometedor.
Rachel también se había unido a la empresa de Brian, pero, a diferencia de antes, su relación era ahora puramente profesional, desprovista de cualquier emoción residual del pasado. Ella asumió el cargo de secretaria jefe, trabajando en estrecha colaboración con él como su mentora.
.
.
.