El requiem de un corazón roto - Capítulo 882
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Capítulo 882:
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Eric se detuvo, con expresión de disculpa. «Lo siento, quizá me esté extralimitando. ¿Cuándo se reanuda la reunión?».
«Pronto», respondió Rachel. «Acabas de llegar, ¿necesitas algo de tiempo para familiarizarte con la situación de la empresa?».
Eric asintió con la cabeza. «Sí, adelante sin mí. Os alcanzo en media hora».
La segunda mitad de la reunión continuó justo donde se había quedado: tensa, con varios miembros veteranos de la junta directiva manteniéndose firmes, con palabras cortantes y agudas.
Justo cuando la reunión llegaba a un punto muerto, la puerta se abrió con un chirrido y Eric entró.
La sala se quedó en silencio al verlo. La empresa había intentado contratarlo antes, pero él siempre había rechazado la oferta.
Ahora, al verlo de pie en la puerta, los miembros de la junta se movieron incómodos. Era obvio que no estaba allí para apoyarlos.
Eric rompió el silencio con voz tranquila pero autoritaria. «Hola a todos. Soy Eric Riley y he sido contratado como asesor legal por la Sra. Marsh».
El grupo intercambió miradas, primero mirando a Eric, luego dirigiendo la vista hacia Rachel, esperando su reacción.
Al final, pareció que Eric había calmado la tormenta él solo. Su presencia bastó para estabilizar la tensa situación.
Eric expuso una verdad que no dejaba lugar a discusiones. Tras la muerte de Allan, Rachel, como su esposa, tenía todo el derecho a heredar sus acciones.
Pero, al asimilar esas palabras, Rachel se frotó instintivamente las sienes, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.
Una vez terminada la reunión, se volvió hacia Eric y le dijo: «Sr. Riley, le agradezco mucho su ayuda hoy, pero hay algo que debo confesarle».
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Eric arqueó una ceja. «Te escucho».
«Allan y yo… nunca llegamos a registrar nuestro matrimonio». Sus palabras fueron impactantes y golpearon a Eric como una ola fría.
Dejó de ordenar los archivos y la miró con incredulidad. «No es una broma graciosa».
«No estoy bromeando. Fue un matrimonio falso».
Eric se llevó las manos a la cabeza y se masajeó las sienes, como si intentara disipar el repentino mareo. Estaba un poco abrumado y dijo: «Espera, necesito un minuto para pensar en esto».
Después de salir para aclarar sus ideas, volvió y la miró. «Si lo que dices es cierto, entonces todo lo que hablamos en la reunión no tiene sentido. Los miembros de la junta son muy perspicaces; tu matrimonio falso pronto saldrá a la luz. Cuando eso ocurra, tendrás graves consecuencias. ¿Estás preparada para eso?».
Rachel respiró hondo, consciente de la gravedad de la situación. «Lo entiendo, por eso necesito tu consejo sobre cómo manejar esto».
Eric cogió su carpeta y le dirigió una mirada de disculpa. «Lo siento, pero mi ayuda de hoy era solo un favor a alguien, y no tengo intención de trabajar a largo plazo con el Grupo Vance. Tendrás que buscar a otra persona para esto».
Su negativa fue firme e inquebrantable, sin pensarlo dos veces.
En poco tiempo, se había ido. Realmente había llegado y se había marchado en un abrir y cerrar de ojos. Rachel comprendió que era solo cuestión de tiempo que los miembros del consejo descubrieran la verdad. La prioridad inmediata era que Lizzie recuperara fuerzas y demostrara su valía con logros que aportaran estabilidad a la empresa.
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