El requiem de un corazón roto - Capítulo 825
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Capítulo 825:
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«Allan me salvó cuando estaba en lo más bajo. Me dio una nueva vida, una carrera y me devolvió la dignidad. Es amable, paciente y me respeta. Nunca ha intentado controlarme ni darme por sentada. Con un hombre así a mi lado, ¿cómo no iba a emocionarme?».
Las manos de Brian se apretaron con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos. Una opresión insoportable le atenazaba el pecho, dificultándole la respiración.
Rachel dio otro paso adelante.
«¿Qué querías decir antes sobre el divorcio?»
Brian se obligó a mantener la voz firme.
«Firmaste los papeles del divorcio entonces, pero nunca lo finalizamos oficialmente. Ya que estás tan segura de Allan, es hora de que lo hagamos oficial».
«¿Por qué esperar? Hagámoslo hoy».
El tono de Rachel era ligero, casi aliviado, como si conseguir el certificado de divorcio le diera verdadera tranquilidad.
Brian pulsó el botón del interfono.
«Ronald, tráelo».
Ronald reapareció con el joyero y lo puso en manos de Brian.
Brian se lo tendió a Rachel.
«Un regalo de cumpleaños tardío. Si no lo aceptas por eso, entonces tómalo como un regalo de bodas. De cualquier manera, vamos a finalizar el divorcio. »
Los labios de Rachel se curvaron en una sonrisa.
«Gracias.
Mientras bajaban, la encargada de antes les esperaba.
Rachel no se contuvo. Caminó hacia delante, observó la habitación y se volvió hacia Brian.
«Sr. White, le agradecería que gestionara mejor a sus empleados. No quiero oír ni una palabra más de cotilleo sobre mí».
El jefe de recepción nunca había imaginado que Rachel llevaría a Brian abajo, y mucho menos que se quejaría con él.
La fría mirada de Brian recorrió al personal.
«¿Qué rumores has estado difundiendo?»
Los empleados palidecieron y se apresuraron a declararse inocentes.
Rachel no estaba interesada en observar su pánico.
«Esperaré en el coche», dijo simplemente, girando sobre sus talones y alejándose.
Momentos después, la encargada salió del edificio, agarrada a sus cosas y con lágrimas en los ojos.
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