El requiem de un corazón roto - Capítulo 781
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Capítulo 781:
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Unos minutos más tarde, el coche se detuvo frente a un viejo edificio histórico.
Allan salió y dio una orden rápida. «Lleva a Rachel de vuelta. Subiré a dar un paseo».
Alban asintió inmediatamente. «Volveré por ti más tarde».
«No te molestes. Voy a hacer mi propio camino de regreso «.
Sólo después de que Allan desapareciera en el edificio, Alban emprendió el camino de vuelta.
Rachel lo miró. «Alban, ¿qué es este lugar?»
«Esta era la antigua oficina de la empresa, el lugar donde el Sr. Vance y la Sra. Myers trabajaban codo con codo. Lo construyeron todo desde cero, luchando juntos durante los años más duros.»
Alban exhaló en silencio, con un tono más suave. «Para él es como de la familia. No lo dirá, pero se resiste a verla marchar. Aún así, irse es la mejor opción para ella».
Por aquel entonces, Rachel no acababa de entender lo que significaba «la mejor opción».
No fue hasta más tarde…
«Ese contrato…» Rachel le dijo a Alban, con voz pensativa. «No conozco los detalles, pero sé que luchó con uñas y dientes para conseguirlo antes de marcharse. Nadie lo sabe…»
«Cuánto bebió esa noche para que sucediera». Dudó antes de añadir: «Creo que Allan tiene que saberlo».
Decírselo a Alban era tan bueno como decírselo a Allan.
«Es una asociación con una empresa farmacéutica». El tono de Alban era tranquilo pero pesado. «Durante años, el Sr. Vance ha soñado con desarrollar un tratamiento para una enfermedad rara, una que la mayoría de las empresas no tocan. La investigación es cara, el proceso dura años y la población de pacientes es demasiado pequeña para ser rentable. Incluso si se encontrara una cura, el coste sería astronómico, lo que la haría inaccesible para quienes más la necesitan.»
«Es una apuesta arriesgada», continúa Alban. «Lo ha intentado todo, incluso se ha ofrecido a financiarlo él mismo, pero nadie quiso correr el riesgo».
Rachel por fin lo entendió. No era de extrañar que Brenda hubiera hecho todo lo posible por cerrar el trato.
Con esta asociación, había dado a Allan la oportunidad de hacer realidad su viejo sueño. Pero más que eso, ella se había asegurado de que siempre tendría un lugar en su corazón. Nunca la olvidaría. Ese era el legado que Brenda había dejado.
Rachel se marchó a un viaje de negocios de una semana y, cuando regresó a la empresa, todo funcionaba como de costumbre.
Había estado un poco preocupada por cómo se las arreglaba el departamento en su ausencia.
Pero no esperaba encontrar toda la planta a oscuras, vacía y en un inquietante silencio.
Rachel se quedó helada.
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