El requiem de un corazón roto - Capítulo 744
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Capítulo 744:
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Pero esta vez, al leer el concepto de Rachel, sus ojos se abrieron de golpe. «Rachel, te das cuenta de que nuestro tema son los anillos de boda, ¿verdad? Diseños personalizados para recién casados, para simbolizar el amor y el compromiso».
Mientras Brenda estaba visiblemente desconcertada, Rachel mantuvo la compostura. Sonrió débilmente. «¿Oh? ¿Estamos hablando de los clásicos anuncios de diamantes? ¿O de los que dicen que un hombre sólo puede personalizar un anillo de boda en toda su vida? No negaré que esos eslóganes fueron brillantes en su época; alcanzaron su apogeo y fueron profundamente queridos por muchas parejas. Pero los tiempos han cambiado. También lo han hecho los valores de la gente».
Brenda entrecerró los ojos. «¿Y cómo han cambiado exactamente? No importa en qué época estemos, las mujeres siguen queriendo amor, matrimonio y felicidad, ¿no?».
Rachel sacudió ligeramente la cabeza. «Las mujeres siguen buscando la felicidad, pero ya no siempre viene del amor y el matrimonio. ¿Puedo preguntarte algo? Por supuesto, no tienes que contestar si no quieres».
«Adelante». Brenda suspiró, algo molesta pero dispuesta a escucharla.
«¿Cuántos años tienes? ¿Estás casada? ¿Y en cuántas relaciones has estado?».
No era exactamente una pregunta sutil.
La expresión de Brenda se ensombreció de inmediato.
Rachel se dio cuenta enseguida de que quizá se había excedido y añadió: «No tienes por qué contestar si te sientes incómoda».
Pero, para su sorpresa, Brenda respondió sin vacilar. «Tengo 32 años. No estoy casada».
Brenna prefirió no ahondar en sus experiencias románticas pasadas, reconociendo que tales detalles no eran pertinentes para la conversación. Lo que más importaba, sin embargo, era el meollo de la conversación, y Rachel ya lo había captado.
«Gracias por su respuesta», dijo Rachel, con voz llena de agradecimiento. «Creo firmemente que estamos en medio de una era de transformación. Con cada nueva generación llegan nuevos ideales y desafíos. Permítame presentarle algo importante…».
Con mano firme, Rachel presentó una nueva serie de datos, con un tono inquebrantable. «Las estadísticas gubernamentales de este año revelan un cambio radical: la edad media del primer matrimonio ha aumentado drásticamente, mientras que cada vez más jóvenes optan por permanecer solteros. En vista de este cambio, el mercado de joyas para recién casados está sobresaturado. Pero dirigirse a los solteros, sobre todo a las mujeres, podría redefinir el sector».
Rachel se inclinó hacia delante y sus palabras cobraron fuerza. «Estas mujeres son económicamente independientes, ambiciosas y conscientes de su estilo. Puede que aún no hayan encontrado pareja, pero eso no disminuye su deseo de joyas significativas. ¿Por qué deberían las alianzas monopolizar el mercado? Podríamos ser pioneros en diseños personalizados para este grupo demográfico, celebrando su autonomía e individualidad. Cuando finalmente se casen, nuestras colecciones de boda se convertirán probablemente en su elección natural».
El análisis de Rachel atravesó el pensamiento convencional con notable precisión.
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