El requiem de un corazón roto - Capítulo 719
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Capítulo 719:
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«Sra. White…» Se dio cuenta de inmediato y corrigió rápidamente su error. «Quiero decir, Sra. Marsh. Es hora de comer. ¿Por qué no nos acompaña a comer? Hace tiempo que no nos sentamos juntos».
Rachel se detuvo un segundo y luego sonrió. «De acuerdo».
Brian se sorprendió de lo fácil que había sido. Había esperado que ella rechazara a Ronald, pero en lugar de eso, aceptó sin vacilar.
Ronald había elegido un restaurante junto al mar, de ambiente elegante y tranquilo. Era exactamente el tipo de lugar que Rachel solía disfrutar.
Caminaron juntos hacia la salida del complejo, pero justo cuando salieron, alguien se abalanzó sobre ellos. Era Reba. Estaba sin aliento, con la cara ligeramente enrojecida mientras apretaba con fuerza una pila de documentos entre las manos.
«¡Sr. White! Aquí están los documentos que pidió», dijo entre respiraciones profundas.
Al ver que tenía trabajo que hacer, Rachel se hizo a un lado, no queriendo ser una distracción.
Sin embargo, en el momento en que Reba levantó la cabeza, el corazón de Rachel dio un vuelco. Esta mujer… se parecía extrañamente a ella.
Durante un breve instante, Rachel sintió una extraña inquietud. ¿Era sólo una coincidencia o había sido intencionado?
Pero el shock sólo duró un segundo. Rápidamente recuperó la compostura. Se había recordado a sí misma una y otra vez que Brian no era más que un extraño para ella.
Si quedaba algo entre ellos, era sólo el recuerdo de alguien a quien solía conocer. El pasado se había ido, desvaneciéndose.
Había estado a punto de morir una vez, y fue Allan quien la salvó, sacándola del abismo. Aquella experiencia la había cambiado. A partir de ese momento, decidió vivir para sí misma, seguir su corazón y disfrutar de la vida como quería.
Brian se dio cuenta de la reacción de Rachel e inmediatamente se adelantó para explicárselo. «Rachel, se llama Reba Evans. Es mi secretaria, nada más. Ahora que nos hemos vuelto a encontrar, pronto organizaré su traslado fuera de la empresa».
Su respuesta fue rápida, sin dejar lugar a malentendidos. Aclaró el papel de Reba e incluso prometió trasladarla, como si intentara borrar cualquier motivo de duda.
Pero antes de que Rachel pudiera decir nada, la expresión de Reba cambió. Sus ojos se enrojecieron y habló con voz de pánico. «Señor White, ¿es porque no he hecho bien mi trabajo? ¿He cometido algún error? Por favor, no me despida. Sé que me falta experiencia, pero estoy dispuesta a aprender. Trabajaré más duro, se lo prometo».
Bajó la cabeza, casi como si suplicara.
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