El requiem de un corazón roto - Capítulo 695
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Capítulo 695:
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Los agentes acudieron inmediatamente en su ayuda, pero sus esfuerzos fueron en vano.
Un dolor punzante en el abdomen la golpeó casi de inmediato. Una sensación húmeda y fría se extendió rápidamente bajo ella, y el penetrante aroma de la sangre llenó el aire.
«¡Mi bebé!» Tracy gritó desesperada.
Agarrándose el estómago, empezó a llorar sin control.
Con voz llena de desesperación, gritó: «Por favor, haz algo… salva a mi bebé».
Los agentes actuaron con rapidez y la trasladaron al hospital sin demora.
Tras pasar horas en el servicio de urgencias, el médico le dio malas noticias.
«Sra. Haynes, lo siento, pero no pudimos salvar a su bebé debido a la severa pérdida de sangre».
Tracy reaccionó con incredulidad y su rostro palideció al instante.
De repente, dejó a un lado las mantas y se arrodilló pesadamente en el suelo ante el médico, con voz suplicante. «Por favor, doctor, tiene que haber algo que pueda hacer. Salve a mi bebé».
El médico, con una mirada de profunda tristeza, respondió: «Lo siento, pero no hay latido ni respiración. Hemos hecho todo lo que hemos podido».
Tracy se hundió en la desesperación.
«¡Se acabó, todo ha terminado por completo!», gritó, su voz resonó enloquecida mientras se ponía en pie de un salto.
Su pelo revuelto ondeaba alborotado a su alrededor, aumentando la imagen de una mujer llevada al borde de la locura.
Riendo amargamente, dijo: «¡Se acabó, todo!», mientras salía corriendo de la habitación.
Tracy no había ido muy lejos cuando los de seguridad la detuvieron y la escoltaron de vuelta.
Esa misma noche, Eric se puso en contacto con Brian. «Tracy ha perdido el bebé», le dijo, dándole la noticia sucintamente.
Un escalofrío pareció emanar de la mirada de Brian, carente de toda emoción. «Entonces proceda según las normas y exija la pena más dura. Debe soportar todo el peso de la ley».
«Entendido.»
Durante la semana siguiente, Brian adormeció su dolor con licor, buscando refugio de su dura realidad. Se sentía como si estuviera atrapado en un sueño, un sueño en el que podía ver vívidamente a Rachel mientras bebía hasta caer en el olvido.
En estas visiones, él la abrazaba, se arrepentía, suplicaba su perdón y expresaba su anhelo. Esta ilusión se convirtió en su vía de escape, atrayéndole cada vez más hacia sus seductoras garras.
Así, Brian siguió bebiendo imprudentemente, creyendo que mientras estuviera borracho, Rachel parecía estar cerca, como al alcance de la mano.
Nadie podía desviarle de su camino; se aislaba del mundo, indiferente a todo lo demás. Esto le llevó a ser hospitalizado por alcoholismo.
Dos días después, Brian recuperó el conocimiento.
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