El requiem de un corazón roto - Capítulo 693
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Capítulo 693:
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Yvonne, que nunca se deja desairar fácilmente, inclinó la cabeza y le mordió ferozmente el hombro.
Inmediatamente hizo una mueca de dolor.
«Bájame ahora mismo», le ordenó Yvonne, con voz amenazadora.
«¡De ninguna manera!»
Rechazada de nuevo su petición, Yvonne hirvió de rabia. Sin vacilar, le mordió una vez más, y esta vez le hizo sangrar.
Cuando ella soltó su agarre, la huella de sus dientes era claramente visible en su hombro, con ligeros rastros de sangre marcando la piel.
A pesar de ello, Norton siguió llevándola.
Estaban recorriendo un sendero empinado, e Yvonne, agotada de energía, acabó por dejar de resistirse.
Norton había llegado a la base de la colina cuando Yvonne se durmió en sus brazos.
Llevaba varios días sin poder descansar, preocupada por la situación de Rachel.
Mientras tanto, los días de Brian habían sido igualmente agitados.
A pesar de visitar la tumba de Rachel con Yvonne, siguió negando su muerte.
En los últimos días, había agotado todos los recursos posibles buscando en la ciudad, pero no había encontrado nada.
Sin embargo, no se atrevía a aceptar la realidad.
Su determinación sólo empezó a flaquear cuando Ronald llegó con noticias.
«Señor, he completado la investigación que solicitó. Resulta que su esposa estaba gravemente enferma: padecía uremia terminal, una forma grave de insuficiencia renal. Los registros del hospital y las consultas con su médico revelaron que, sin un trasplante de riñón, su estado era terminal. Por desgracia, nunca recibió un donante compatible…».
Ronald hizo una pausa, con la insinuación flotando en el aire.
Decidió no decir nada más y dejó sobre la mesa un grueso archivador de informes y expedientes médicos antes de salir silenciosamente de la habitación.
Brian miró los documentos, abrumado e incapaz de leerlos.
La información que Ronald entregó parecía un callejón sin salida.
Tenía miedo de confirmar el contenido de los archivos, miedo de enfrentarse a la realidad.
La verdad era devastadora.
A pesar de la crudeza de la realidad, sus manos acabaron temblando cuando se movieron para revelar los crudos datos de los historiales: las hojas de diagnóstico, los detalles de los numerosos tratamientos de diálisis.
Al ver las pruebas médicas, sintió como si le hubieran arrancado el corazón, masticado salvajemente y desechado en agonía.
La revelación fue sofocante, le robó el aliento.
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