El requiem de un corazón roto - Capítulo 545
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Capítulo 545:
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Rachel se volvió y vio que Jeffrey seguía acurrucado en el suelo, temblándole todo el cuerpo. Pero la fría realidad le golpeó con fuerza: Brian estaba gravemente herido y Jeffrey era el responsable. La policía no tuvo más remedio que detenerlo.
Apretó los puños, tragándose la angustia. Entendía el procedimiento; no podía detenerlo.
Pero tenía que intentarlo.
«Oficial, por favor-mi hermano tiene una situación específica. ¿Puedo acompañarle?»
El rostro del agente era comprensivo pero firme.
«Lo siento. Tenemos normas estrictas. Eso no será posible».
«De acuerdo, lo entiendo». Las palabras le quemaban la garganta, pero sabía que no debía interferir. Resistirse ahora sólo complicaría las cosas para todos.
«Jeffrey». Rachel se agachó, con voz firme pero urgente.
«Escúchame con atención. Que no cunda el pánico. Encontraré una manera de sacarte de esto, ¿de acuerdo?»
Los labios de Jeffrey…
Sus labios permanecían sellados; sus ojos mantenían una mirada vacía y distante. El corazón de Rachel se estrujó dolorosamente.
«Por favor, no me dejes fuera así. Di algo… lo que sea».
«¡Rachel!» Después de lo que pareció una eternidad, Jeffrey finalmente graznó, con la voz entrecortada.
«Estoy bien… sólo… no hagas nada imprudente por mi bien».
Un leve rastro de alivio parpadeó en el pecho de Rachel, pero no alivió el dolor por completo.
Observó impotente cómo conducían a Jeffrey hacia el coche de policía, mientras su figura se encogía a cada paso.
Una vez que estuvo fuera de su vista, su atención cambió. El estado de Brian seguía siendo desconocido, y si era grave… no podía soportar pensar en las consecuencias.
Saliendo de su espanto, llamó a Ronald.
«¿Dónde se lo llevaron? Por favor, necesito la dirección del hospital».
Ronald vaciló, con expresión contradictoria.
«Creo que es mejor que no vayas allí. Te pondré al día en cuanto sepa algo».
«No voy a esperar». La voz de Rachel se agudizó con determinación.
«Necesito verlo, por él y por el bien de Jeffrey».
Ronald exhaló con fuerza.
«Pero la madre del Sr. White ya ha sellado toda el ala del hospital. No hay forma de que entres».
La frustración burbujeaba en el pecho de Rachel. Se pasó los dedos por el pelo, intentando pensar.
«Tiene que haber otra manera. ¿No la hay?»
«Ahora mismo, el lugar está cerrado».
«Lo comprendo». Rachel tragó con fuerza, forzando la compostura.
«No te haré pasar un mal rato. Sólo… por favor hazme saber si hay alguna actualización».
«De acuerdo, lo haré».
Al darse cuenta de que no podría ver a Brian, Rachel giró rápidamente sobre sus talones, decidida a encontrar a Sabrina.
En cuanto Sabrina vio la cara pálida y el comportamiento inquieto de Rachel, supuso que era el estrés del caso contra Charlie.
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