El requiem de un corazón roto - Capítulo 453
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Capítulo 453:
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Rachel negó con la cabeza, con expresión ilegible.
«En el pasado, hemos tenido nuestros conflictos, y hemos roto más veces de las que me importa contar. ¿Pero esta vez? Es definitivo».
«¿Y la boda?» Ronald insistió.
«Está apagado». La voz de Rachel no contenía ni una pizca de vacilación.
Ronald se esforzó por procesarlo. Si no recordaba mal, hacía sólo unos días Carol le había preguntado personalmente por los preparativos de la boda de Brian y Rachel.
Carol estaba radiante, rebosaba calidez, su felicidad era casi contagiosa. Si se enteraba de que la boda se había cancelado, se sentiría devastada.
Durante un largo momento, Ronald se quedó de pie, atónito.
Para Tracy, sin embargo, fue un golpe de suerte inesperado.
La noticia de su ruptura fue increíble.
A Tracy se le encogió el corazón: por fin tenía una oportunidad real de recuperar a Brian. En ese momento, sólo un pensamiento la consumía. Pasara lo que pasara, tenía que ayudar a Brian y aprovechar esta oportunidad para sí misma.
Era ahora o nunca.
Abandonando todo orgullo, Tracy cayó de rodillas con un fuerte golpe.
«Rachel, por favor, si le dices unas buenas palabras a Natalia Carpenter en nombre de Brian, haré lo que me pidas».
«Estás siendo dramática. No tengo ese tipo de influencia», replicó Rachel, con un tono tajante.
Pero Tracy no estaba dispuesta a dejar escapar esta oportunidad. La desesperación se apoderó de su interior, desbordándose mientras sollozaba y las lágrimas caían en cascada por sus mejillas.
«Rachel, todo es culpa mía. Nunca debí volver. Tienes todos los motivos para estar resentida conmigo, para despreciarme… No te culpo. No debería haberme presentado delante de Brian ni haber aceptado su oferta de ser su secretaria. Te juro…»
Su voz se quebró mientras lloraba amargamente. «Si le ayudas esta vez, desapareceré. No volveré a molestarte. Me alejaré completamente de tu vida».
Rachel soltó una risa fría y desdeñosa, sin siquiera dedicarle una mirada. «Tracy, no insultes mi inteligencia. Tus jueguecitos pueden engañar a Brian, pero no funcionarán conmigo».
A continuación, cogió el teléfono y llamó a la policía.
Pero justo cuando se conectó la llamada, Tracy se abalanzó sobre ella y le arrebató el teléfono.
Sus manos temblaban mientras lo agarraba con fuerza, su voz desesperada. «No me iré a menos que aceptes».
Rachel estaba a punto de responder cuando las puertas del ascensor se abrieron de repente.
Gira la cabeza y ve salir a dos policías.
Sin dudarlo, apuntó directamente a Tracy. «Agentes, ha entrado en mi casa y me ha estado acosando. Por favor, llévensela inmediatamente». Al final, Tracy fue escoltada fuera.
Rachel entró en su piso y vio a Jeffrey tumbado en el salón, viendo la tele.
«¿Se ha ido?», preguntó sin apartar la vista de la pantalla.
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