El requiem de un corazón roto - Capítulo 439
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Capítulo 439:
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«¡Rachel, por fin has venido! Te llamé un millón de veces, ¿por qué no respondiste? Sabes que… Casi…»
Su voz se quebró entre sollozos, su tristeza casi tangible.
Rachel sólo pudo seguir acariciándole la espalda, ofreciéndole suaves palabras tranquilizadoras. «No pasa nada, ya estoy aquí. Todo está bien, estás a salvo. Siento no haberte llamado. Dime, ¿estás herida? ¿Te ha maltratado ese hombre?»
Natalia, secándose las lágrimas, negó con la cabeza.
«No, no me tocó. Sólo estaba aterrorizada. Nunca me habían secuestrado; era la primera vez».
Uno sólo puede imaginar el terror que sintió.
Hay que reconocer que su familia siempre la había protegido bien. Pero esta vez, la protegida y mimada joven heredera sufrió por culpa de Brian.
Afortunadamente, su afecto por Brian había desaparecido.
Al cabo de un rato, quizá agotadas las lágrimas, Natalia miró a Raquel con los ojos enrojecidos. «¿Puedes prometerme algo?»
«¿Qué pasa?» preguntó Rachel.
suplicó Natalia, con ojos implorantes. «¡Primero prométemelo!»
Rachel soltó un suave suspiro, su expresión se suavizó con ternura maternal. «De acuerdo, lo prometo».
El rostro de Natalia se iluminó de pura alegría. Extendió la mano y sus ojos brillaron con determinación. «Entonces es una promesa. Te lo juro, espero morir, no hay vuelta atrás».
«De acuerdo, no hay vuelta atrás», respondió Rachel.
Mientras Natalia la envolvía en un repentino abrazo, le susurró una sentida petición: «A partir de ahora, ¿puedes verme como tu hermana pequeña?».
Rachel se quedó de piedra.
Al principio, creyó que Natalia le estaba tomando el pelo, jugando a uno de sus juegos impulsivos.
Pero cuando captó la mirada seria e inquebrantable de Natalia, se dio cuenta de la profunda sinceridad que había detrás de sus palabras.
«Tú…» La voz de Rachel se entrecorta, insegura.
Natalia hizo un mohín, sus labios formando una curva obstinada. «Acabas de prometerlo, no hay vuelta atrás».
Rachel vaciló. «¿Entiendes realmente lo que estás pidiendo?»
Rachel no pudo evitar pensar que Natalia estaba siendo demasiado ingenua. Le recordó suavemente: «Sabes, puede que tus padres no lo aprueben. Y luego está Brian… Si somos hermanas, bueno, eso significa que a dos hermanas no les debería gustar la misma persona».
Pensó que esto podría hacer que Natalia reconsiderara.
Para su sorpresa, la expresión de Natalia no vaciló. En cambio, sus ojos ardían de determinación mientras asentía. «Lo sé. Por eso lo he decidido. Ya lo he superado».
Rachel no se lo esperaba.
Dada la persistencia de Natalia, no parecía el tipo de persona que se dejara llevar tan fácilmente.
«¿Estás realmente seguro?» insistió Rachel.
Natalia levantó la barbilla, parpadeando rápidamente como si quisiera contener el escozor de las lágrimas.
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