El requiem de un corazón roto - Capítulo 435
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Capítulo 435:
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Pasaron treinta minutos sin que Andrés, Brian o la policía nos informaran de nada.
Rachel volvió a fruncir el ceño, cada vez más inquieta.
Abrió de golpe la puerta del coche y cogió un paraguas. «No puedo quedarme aquí sentada. Tengo que encontrarla».
Andrés intervino rápidamente. «Comprendo tu preocupación, pero el tiempo es traicionero. Si te pasara algo, sólo empeoraría la situación. Confía en nosotros, sólo un poco más. Tendremos noticias en breve, lo prometo».
Rachel vaciló, buscándole con la mirada, antes de acabar confiando en él.
Andrés hizo inmediatamente otra llamada.
Al colgar, ofreció a Rachel una sonrisa tranquilizadora. «Tenemos una pista. Mi gente está siguiendo el rastro y los resultados son inminentes. En cuanto tengamos una dirección, te llevaré allí».
«¡Gracias, de verdad!»
La lluvia persistía, el viento azotaba los árboles.
Las gotas de lluvia golpeaban el cristal.
Sin embargo, en el interior del coche se hizo un tenso silencio.
«Estás muy preocupado por Brian, ¿verdad?» La voz de Andrés cortó el silencio.
Rachel se volvió hacia él. «¿Por qué dices eso?»
«Si algo le ha ocurrido a Natalia, y Brian está implicado, el padre de Natalia, Wilson Carpenter, nunca lo perdonaría. Las familias White y Carpenter…»
«Sin duda, chocarían, tal vez incluso se convertirían en enemigos acérrimos. Un conflicto entre ellos sería catastrófico para ambos». El análisis de Andrés era astuto.
Sin embargo, subestimó la auténtica compasión de Rachel.
Sacudió ligeramente la cabeza, con un deje de amargura en la voz. «¿Crees que sólo me preocupo por Brian? ¿Que sólo tengo en cuenta sus intereses?»
Andrés se golpeó la rodilla con los dedos, intrigado por su respuesta. «Sinceramente, no hace mucho que conozco a Natalia, y nuestro tiempo juntos ha sido breve. Mi impresión inicial fue la de una heredera malcriada y testaruda. Pero a medida que la he ido conociendo, he descubierto que es dulce, sincera y amable. A pesar de su origen privilegiado, es sencilla y genuina. Estar con ella es fácil y cómodo. Entiende las complejidades del mundo, pero sigue siendo pura. Creo que es una cualidad rara entre las jóvenes ricas, y ella la posee plenamente».
Los ojos de Raquel brillaban con determinación cuando se enfrentó a Andrés.
«Así que, más allá de las implicaciones para las dos familias, me preocupa la seguridad de Natalia. Una joven tan amable merece una vida de paz y felicidad».
La sinceridad que irradiaba el rostro de Rachel parecía iluminarla.
Andrés admitió que le habían conmovido sus palabras.
A la luz de la penumbra, la vio juntar las manos sobre el corazón, con su oración impregnada de seriedad.
Luces y sombras bailaban sobre sus rasgos, resaltando su suave belleza. La curva de su perfil hizo que su corazón se estremeciera, inolvidable.
Vio cómo un mechón de pelo le caía sobre la frente y se llevó la mano instintivamente. Pero al darse cuenta de su impulso, retiró rápidamente la mano, volviendo a la realidad.
Una voz resonó en su interior: «Andrés, recupera el control. Algunos deseos deben permanecer insatisfechos. Tu relación con ella sólo puede ser de compañerismo, no de romance».
En ese momento, Rachel abrió los ojos.
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