El requiem de un corazón roto - Capítulo 431
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Capítulo 431:
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La voz de Brian resonó en la silenciosa habitación.
«No dejaría a nadie atrás. Los salvaría a los dos». Eso fue todo lo que pudo decir.
Andrés dejó escapar una risa corta y burlona, pero no se molestó en contestar. Los ojos de Raquel permanecían entrecerrados, pero unas lágrimas silenciosas resbalaban mojando la almohada que tenía debajo. Había oído todas y cada una de las palabras.
Alto y claro.
Pero, ¿qué cambió? Incluso si Brian lo hubiera sabido, ¿habría importado?
Sus instintos habían elegido primero a Tracy.
Era una costumbre, un reflejo enterrado en lo más profundo de su ser.
«Sr. White, ya que su secretaria significa más para usted, deje de arrastrar a Rachel a esto. Déjela ir y dele la oportunidad de seguir adelante».
«Basta de distracciones. Dime dónde la tienes».
Brian exigió.
«Con todo el poder y las conexiones que tiene, localizar a una persona no debería ser tan difícil».
Sin decir nada más, Andrés terminó la llamada.
La cara de Brian estaba aterradoramente oscura, como si fuera a caer una tormenta en cualquier momento.
Pero al menos había aprendido algo importante: Rachel no corría peligro de muerte.
Sin perder un segundo, llamó a Ronald. «Cueste lo que cueste, encuentra a Rachel. Además, consígueme todos los detalles del Grupo Garrett».
Ronald no lo dudó. En cuanto recibió el encargo, empezó a trabajar en él.
Cuando Natalia supo que Rachel estaba viva, el alivio la inundó y rompió a llorar de alegría.
«Natalia, ¿estás bien?» Brian preguntó suavemente.
Cuando salieron, la voz de Brian dejaba entrever cierta preocupación.
se burló Natalia, sin molestarse en mirarle.
«Deberías guardar tu preocupación para tu preciada secretaria. Después de todo, ella es la única que te importa. ¿Rachel y yo? No significamos nada, ¿verdad?», dijo fríamente.
Y se marchó corriendo, sin importarle la lluvia que caía a cántaros.
Sus pies seguían moviéndose, pero sus lágrimas caían aún más rápido.
Brian se quedó quieto, observando su figura en retirada, con el pecho oprimido por la culpa y el arrepentimiento.
Pero las palabras de Rachel resonaban en su cabeza. Ella le había dicho que no diera falsas esperanzas a Natalia.
Y tal vez, esta era su oportunidad para finalmente arreglar las cosas.
«Natalia, lo siento», murmuró Brian. «Nunca fui la persona adecuada para ti, y nunca lo seré».
Sin él, ella tendría una vida mucho mejor.
Tal vez se le rompiera el corazón durante un tiempo, pero con el tiempo, volvería a ser la chica alegre y de espíritu libre que solía ser.
Pero ahora mismo, Natalia no podía verlo.
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