El requiem de un corazón roto - Capítulo 418
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 418:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—Brian, prueba un poco. Es tu favorito —dijo con dulzura.
Sabía que Brian tenía debilidad por los dulces.
Cuando él dudó, lo animó: —Vamos, solo un bocado.
—Mm.
Brian emitió un sonido grave antes de abrir la boca, permitiendo que Natalia le diera de comer.
Después de dar unos cuantos bocados, Natalia se inclinó emocionada. «¿Qué tal? ¿Te gusta?».
«Está bien», dijo Brian asintiendo con la cabeza.
La sonrisa de Natalia se amplió al instante.
«Termina de darme de comer», dijo él de repente.
Rachel y Natalia se quedaron paralizadas por la sorpresa.
«Brian, tú… ¿de verdad quieres que siga dándote de comer?», balbuceó Natalia, con las mejillas enrojecidas por la incredulidad.
«¿Por qué? ¿No quieres?».
Natalia se apresuró a negar con la cabeza.
Estaba encantada.
Era más de lo que había esperado.
Aun así, no podía quitarse de la cabeza la sensación de que Brian estaba actuando de forma extraña. Antes, siempre había mantenido las distancias cada vez que ella intentaba acercarse a él. Pero esa noche, en lugar de rechazarla, parecía sorprendentemente abierto.
No le dio mucha importancia. Mientras no la rechazara, significaba que aún tenía una oportunidad, y eso era suficiente para emocionarla.
Después de cenar, Brian hizo algo inesperado: invitó a las dos mujeres a un evento.
—Nuestros socios comerciales dan una fiesta mañana. ¿Les gustaría asistir?
—¡Me encantaría! —aceptó Natalia al instante.
—No, yo paso —rechazó Rachel.
Sus respuestas no pudieron ser más diferentes.
—Sr. White, concéntrese en Natalia. Yo no voy a ir.
Antes de que Brian pudiera responder, Natalia agarró a Rachel de la mano. —Rachel, ven conmigo.
«Las fiestas no son lo mío», dijo Rachel, tratando de negarse. «Quédate conmigo. Si no vienes, estaré sola y será muy aburrido», suplicó Natalia, con sus grandes ojos llenos de encanto.
Rachel dudó, pero pensó en lo amable que había sido Natalia con Jeffrey. Con eso en mente, suspiró. «Está bien, iré».
Una vez decidido todo, Brian se despidió.
Natalia lo siguió, mirando con renuencia su figura que se alejaba.
—Brian, gracias por cenar conmigo. Lo he disfrutado mucho.
—Yo también.
Sintiendo un impulso de valentía, preguntó de repente: —¿Puedo darte un abrazo?
Las manos de Rachel se congelaron por un momento al oír eso. Pero rápidamente continuó con lo que estaba haciendo, actuando como si nada hubiera pasado.
Brian le lanzó una rápida mirada, pero luego apartó la vista.
En cuanto las palabras salieron de sus labios, Natalia no perdió tiempo, se precipitó hacia sus brazos y lo abrazó con fuerza, acurrucándose contra él.
«Brian, gracias por darme una oportunidad. Algún día conquistaré tu corazón y serás mío. No me rendiré tan fácilmente», dijo Natalia con voz llena de convicción.
.
.
.